Walter Juárez Estrada
La revolución del 20 de octubre de l944, sentó las bases para una genuina democracia. Se expulsó del poder a la dictadura de los l4 años con Jorge Ubico Castañeda y se evitó que su sucesor Federico Ponce Validez, se perpetuará en el poder. Todo el pueblo se unió e integro la junta de gobierno formada por los militares Jacobo Árbenz Guzmán y Francisco Javier Arana y el civil Guillermo Toriello Garrido y convocaron a elecciones para elegir al presidente de la República, cargo que recayó en el pedagogo y estadista Juan José Arévalo Bermejo, que llegó de Argentina, donde estuvo exiliado.
Arévalo, arrasó en las elecciones y durante su mandato promulgó una nueva constitución, le dio plena autonomía a nuestra aguerrida tricentenaria Universidad de San Carlos de Guatemala, se creó el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, se permito el voto al ciudadano analfabeta y entró en vigencia el código de trabajo y otras grandes conquistas. Y es que, a 78 años de aquella gesta revolucionaria, se añora y todos quisiéramos que Guatemala, tuviera una genuina democracia y se echara del poder a los corruptos que por años han detentado el poder, dejando en ruinas la economía nacional, que ha hecho trisas en estos últimos 50 años, con regímenes que no tienen una pisca de capacidad y del brazo de los narcos, sean adueñado de las instituciones del Estado.
Desgraciadamente esa democracia se truncó en l954 cuando los partidarios de la denominada “liberación2 subvencionados por la CIA. y la United Fruit Company de los Estados Unidos, truncaron el gobierno de Árbenz Guzmán, cuyo único delito fue: luchar por los desposeídos y los campesinos que con el Decreto 900 (Ley de reforma agraria), tendía que en las áreas rurales por excelencia en extrema pobreza, salieran del subdesarrollo; al carismático soldado del pueblo se le debe la carretera al Atlántico y otras grandes conquistas que con los años que se han ido, están en el recuerdo de los guatemaltecos.
Los ciudadanos que pugnamos porque haya un cambio en las instituciones del Estado, luchemos y evitar que, en las elecciones generales, los que han usurpado el poder no sigan explotando al pueblo. No a la reelección de los diputados y alcaldes. Pugnemos por el cambio y nuevas caras en los entes estatales sean estadistas los que dirijan los organismos y no sujetos improvisados que solo les interesa el dinero y que las promesas de campaña se quedan en el olvido.
El guatemalteco en 2015 se unió en las plazas públicas, para expulsar del poder a los corruptos del partido Patriota del expresidente Otto Fernando Pérez Molina y su compinche la exvicepresidenta Ingrid Roxana Baldetti Elías, que enfrentan varios procesos y ya se conoce que una de estas acciones, les podría dar una pena de cárcel de 30 años y a resarcir al Estado del dinero que se robaron en el proceso denominado la línea.
Todos debemos unirnos para que vuelva a florecer la era democracia que tantos beneficios dio al país. Los gobiernos que hemos tenido en éstos últimos años no han tenido la visión que haya un cambio, en las elecciones de junio entrante, debemos demostrar que efectivamente queremos un cambio y no permitir más corruptos.