Walter Juárez Estrada
La democracia es el sistema político por el cual la población elige a sus gobernantes y estos a su vez son mandatarios del pueblo, quien tiene todo el derecho a tener control de sus acciones; en la democracia deben existir los mecanismos de pesos y contra pesos, sobre todo la independencia no solo política sino también judicial; en el caso de Guatemala, existe una corriente democráticas en la cual el elector elige diputados de partidos opuestos al gobernante por quien votan; los diputados tienen entonces la tarea de elegir las cortes del país de manera independiente y supuestamente no política; hoy vemos como el país esta coaptado en todas las instituciones del estado; la población en lugar de las calles a tomado como medio de protestas las redes sociales en especial tweeter y twich y Facebook; en ellas se puede leer el descontento que la población tiene sobre las autoridades, y las instituciones.
En cuanto la certeza jurídica podemos decir que representa la confianza que sus ciudadanos puedan tener en la existencia y correcta aplicación de ley para tener justicia. Y es así como Guatemala, está sumergida en una vorágine de odio, pobreza, desnutrición, con pésimos gobernantes y funcionarios, aliados a la corrupción y el narcotráfico, que se han aprovechado de la manipulación del sistema y de una sociedad conservadora temerosa de cambios, en la que se sigue haciendo lo mismo, y como consecuencia tiene al país a punto de estar aislado y con nada de credibilidad internacional; Ejemplos tenemos como la forma de actuar últimamente por el Tribunal Constitucional, quien claramente se alinea a grupos fácticos y de poder, para resolver conforme a interés y no a derecho; todo ello no da confianza y certeza jurídica, y lastima la democracia de sus actos; vemos que con una Corte Suprema de Justicia, Tribunales Colegiados, el Ministerio Público, un Tribunal Electoral, deficiente plegado y adherido a esos grupos, da lugar que el proceso electoral se torne violento y que se resuelva a favor de esos grupúsculos que solo les interesa el dinero y no que nuestro país sea conocido en el concierto de las nacionales, como una República no Democrática y lo que fue años atrás de confianza y de prestigio.
Decíamos que no hay certeza…ni democracia…Aquí no estamos inventando nada y causado enfado el desinterés de la mayoría de la población que ve que el agua le llega el cuello y no encuentra un salvavidas y eso no solo es preocupante, porque el tiempo corre y la economía sigue en descenso. Causó desaliento lo que recientemente dijo Giammattei, en una de esas concentraciones que tienen la intención de captar votos en favor de los grupos que podría patrocinar para las próximas elecciones en el insípido mandatario, cuando dijo que lo que se dice de su administración aquí en el extranjero, le “vienen del norte” expresión que puede interpretarse de vulgar, aunque podría ser que dignatario se haya referido que en Europa, especialmente en los EE. UU. no es “querido “ por sus arrebatos.
Da vergüenza que el actual Congreso, sea el más corrupto de la historia republicana-Democrática de Guatemala. Los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y salas de Apelaciones, el 12 de octubre entrante, cumplen tres años de haber prolongado sus funciones, una acción abiertamente ilegal, donde el MP. es cómplice, porque las juntas directivas de la alta representación, no han cumplido con la sentencia de la 7ª. magistratura de la Corte de Constitucionalidad que ordenó que la elección de los magistrados se hiciera pública y con voto razonado y no acatar los diputados dicha sentencia, pueden ser enjuiciados por incumplimiento de deberes y deducirles responsabilidades penales y civiles, pero esto no sucederá porque la fiscal general Porras Argueta de Porres, está sujeta a lo que dice Giammattei y es pedirle “peras al olmo”.
La realidad es, que el pueblo se pronuncie y accione dentro de los parámetros legales para que se cumpla lo que dice la Constitución. Es un testigo conteste más de esta debacle, la situación es grave y se puede derrumbar todo lo que no nos ha costado y todos se preguntan qué hace esa juventud entre los l8 y 25 años, que en el futuro serán los que deben sacar a Guatemala, de ésta encerrona y la corrupción galopante que origina la emigración de miles de connacionales que para pasar fronteras pueden morir, explotados vilmente por coyotes que se hacen millonarios a costa de los pueblos que piden que sus vidas cambien y que se exponen a ser víctimas de esos ingratos que comercian con la vida humana, con la complicidad de sus gobernantes.