Walter Juárez Estrada
El presidente Giammattei ha logrado un acuerdo con el pacto, con las fuerzas de oposición, con el objeto de poder reelegir al actual Presidente del Congreso de la República, logrando con ello ser “dictador de hecho”. Giammattei busca tener el control de todos los organismos del Estado para seguridad suya y de sus allegados, que se han plegado a los intereses propios y de grupos afines al poder paralelo.
Todo ello hace que sea una situación censurable e indigna de un político que, en la llanura en las tres ocasiones frustradas para dirigir el Ejecutivo, el mismo desde su actividad política como opositor crítico, combatió, enviaba cartas a los Presidentes de turno, y hasta hacia videos en redes sociales por la falta de cobertura de los medios hacia su persona. Pero como Presidente esas promesas quedaron en el olvido y se ha plegado a la corrupción y no ha puesto atención a las advertencias de los Estados Unidos, que ha sido drástico en censurar a los presidentes que, con el mayor de los descaros como el nuestro, no han tenido una pisca de vergüenza.
Y como es costumbre, cada Presidente de turno les juega el juego a los posibles candidatos a la magistratura de la nación para poder negociar con ellos, y así obtener los votos favorables para ratificar al señor Rodríguez Reyes; no sin antes olvidar que dentro de la agrupación política que le llevó al poder, existe un claro descontento, ya que no ven con buenos ojos la reelección de este personaje de la política nacional.
No es de extrañar la actitud de Giammattei que tenga como de sus aliados a Sandra Torres, encausada por financiamiento ilícito en las elecciones de 2015, que con sus diputados afines ha prometido al mandatario que apoyarán la reelección para presidente del Congreso, del impresentable Allan Eduardo Rodríguez Reyes, que en los dos años de dirigir el Legislativo, ha sido peón y sumiso a las “órdenes” del mandatario.
El diputado por Sololá en los años que tiene de dirigir dicho Organismo no ha cumplido con la resolución de la 7ª magistratura de la Corte de Constitucionalidad, para elegir a los magistrados de las Salas de las Corte de Apelaciones y Corte Suprema de Justicia, que también con descaro y una burla al pueblo, se han plegado a las directrices del Ejecutivo, al no despojar de su inmunidad, pese a hechos notorios a la fiscal general, María Consuelo Porras.
Inicialmente estaban en cartera dirigir el Legislativo, los diputados Manuel Conde Orellana y el ex ministro de Comunicaciones en este gobierno, Jesús Edmundo Lemus por el Quiché, pero al no lograr consensos en la aprobación del presupuesto del próximo año y aliarse al Pacto de Corruptos, la aspirante presidencial Sury Maité Ríos Sosa, la maquinaria oficial, está aceitada para que por tercera vez llegue a dirigir el Congreso Rodríguez, cuestionado por la oposición, por plegarse al gobierno sin tener el carácter a pie juntillas, acepta hacer cosas que detonan no solo falta de capacidad y carácter.
Guatemala, no logrará salir del encierro que la han colocado sus indignos presidentes y los que dirigen los Organismos del Estado. Hay una Corte de Constitucionalidad, un Ministerio Público, que no actúa para enderezar la corrupción y es digno del mayor descaro que la fiscal general Porras Argueta, siga en el cargo, pese a la tachada para no entrar a Estados Unidos, al destituir sin motivo, al eficiente fiscal de la FECI, Juan Francisco Sandoval Alfaro, que ha recibido reconocimiento internacional por ser drástico con los políticos y funcionarios corruptos de Guatemala.
Sandra y Ríos Sosa, al, plegarse a Giammattei para apoyar la reelección de Rodríguez Reyes, para la tercera presidencia del Congreso, no se quedan con las manos vacíllas. Torres pretende que el partido UNE sea cancelado, como venganza a los dirigentes que le rechazan, que a Sury, no se le vede en la CC su candidatura a la presidencia: ese fue el compromiso de los nuevos togados que han demostrado ser violadores de la Carta Magna, con resoluciones espurias y políticas.