Walter Juárez Estrada
A los 18 meses del gobierno de Alejandro Giammattei, sigue embarcado en una nave que podría zozobrar, sino actúa con responsabilidad, no creemos que con la petición de renuncia la situación vaya a cambiar. Los errores son de grandes dimensiones y para ajuste de penas, la pandemia sigue agigantándose, dejando más de 11 mil fallecidos y miles de afectados que están apilados en los hospitales y los médicos luchan para salvar a los afectos con el Covid.
Para ajustar la crítica, un grupo de pandilleros de alto perfil criminal logró su objetivo. Por varios días mantuvo de rehenes al director del centro penal Canadá, Escuintla y a varios guardias, que al pactar las autoridades los internos lograron su objetivo, como era que retornaran al reclusorio original, los líderes del Barrio 18, desde donde dirigen las extorsiones, que les han generado millonarios ingresos y ordenan la ejecución quien se opone a las bestiales exigencias.
Afortunadamente los rehenes lograron salir con vida. El antecedente es nefasto, al acceder a la exigencia de los reos, también es corrupción, en razón que los mareros continuaran desde los presidios sembrando terror y muerte en los 22 centros que desde hace años opera el llamado comité de disciplina, que exige a los privados de libertad, sumas de dinero para que tengan privilegios, en caso contrario los amenazan con matarlos, como hacen los mareros.
Se cree que los delincuentes para tener de rehenes a los guardias, no actuaron solos, pues se conoce que sobornaron al director y a los guardias al entregarles sus armas de defensa y artefactos explosivos que ha obligado al Ministerio Público, a abrir una investigación que de comprobarse, serán encausados los cómplices de los mareros.
El sistema penitenciario ha sido un dolor de cabeza de todos los gobiernos. Es preocupante que el presidente Giammattei, que fue director de presidios y guardó prisión por el caso Pavorreal, que dijo al inicio de su gestión, mejoraría los presidios, hasta ahora las promesas han quedado en el aire. De eso, están en antecedentes los criminales que hacen de las suyas con la tolerancia y complacencia de las autoridades que son sobornados para acceder a sus exigencias y toda vez no se mejoren las condiciones de los guardias que tienen salarios de miseria, el problema en los 22 centros de prisión no cambiase.
Anualmente se erogan millonarias sumas de dinero para la alimentación de los presidarios y con el alto perfil de corrupción en los gobiernos, la situación no se resolverá, sino se tiene voluntad político. Los presidios están sobrepoblados y es el Organismo Judicial y el Congreso, que deben buscar la fórmula para resolver la crisis de varios presidiarios que están siendo juzgados, pero que no se les ha resuelto a fondo su situación, muchos tienen prisión preventiva y no han sido absueltos, ni condenados y es otro problema de fondo que también tiene que resolverse y evitar así, descongestionar los presidios.
Hubo de habilitarse otro reclusorio: Mariscal Zavala y Matamoros para incriminados en actos de corrupción. Se abordado el tema de los sindicados de varios delitos que tienen prisión preventiva, todo está en el limbo…sin solución …