Los hospitales privados y las farmacias lucran con las necesidades de los guatemaltecos que han sido atrapados con la pandemia, al lucrar inhumanamente con la pobreza. La DIACO ha recibido denuncias que en esos hospitales, se exige al paciente solo por su “ingreso” un depósito de Q30 y Q50 mil, más un tratamiento diario de una suma similar, para la compra de medicinas, cuyo costo llega más allá del 60% del valor real, llegándose al peor de los extremos que al afectado por covid, se le hace firmar una declaración, que el hospital no se responsabiliza si el paciente fallece.
La Dirección de Defensa del Consumidor, recibe a diario esas denuncias, las que han sido trasladadas al Ministerio Público, para que abra las averiguaciones pertinentes y de comprobarse esa “extorsión” será cursada a los tribunales penales para deducir las responsabilidades que regula la ley, porque se están aprovechando para lucrar con el dolor ajeno, según han coincidido diputados que han recibido denuncias de los familiares de los afectados.
Se conoce que los pacientes “topan su tarjeta de crédito” y para hacer frente a los requerimientos de los hospitales privados, han llegado al extremo de hacer préstamos, hipotecar o vender sus casas, quedándose en la calle, con deudas y sin la esperanza de vivir otros años.
El Congreso, está obligado a retomar esas denuncias y demandar a las instituciones respectivas, especialmente al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, para que aplique el Código de Sanidad y si se llega a comprobar ese lucro exagerado y hasta inhumano, cerrar las farmacias y los hospitales privados que se están haciendo millonarios en una época de vacas flacas y proceder no solo a la sanción, sino a la clausura para sentar un precedente.
Se conoce que una medicina que podría tener un costo de Q20.00, en los hospitales privados, las llegan a vender hasta por un valor de Q200.00, por lo que es una acción ilícita que debe ser investigada y procederse con arreglo a derecho para evitar esa extorsión y el lucro en una era de crisis donde más de diez mil guatemaltecos han muerto por el virus y miles están infectados y luchan por sobrevivir.
Los afectados se preguntan con mucha razón… ¿dónde está el humanismo y la consciencia de los hospitales privados…que lucran con la necesidad del paciente que llega a recibir tratamiento y no sabe si saldrá vivo o muerto…? Los diputados tienen la facultad que les otorga la Constitución, para fiscalizar y hacer las denuncias conducentes, si es verdad tal tremenda estafa en miles de guatemaltecos que luchan por vivir y que nunca pensaron que la pandemia iba ser criminal que no ve condición y es grave que el Gobierno en su momento no aceleró la aplicación de las vacunas, pese a la exigencia de millones de guatemaltecos y no pueden recibir atención en los centros nacionales que están al tope al expenderse el virus.
Presidente - Oscar Clemente Marroquín
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