Walter Juárez Estrada.
Las obligaciones que tiene el Estado, según la Constitución, entre otros, proteger a la persona y su familia, en la práctica el precepto no se cumple, como ha ocurrido con la pandemia que ya cobró más de 9 mil víctimas y miles de infectados, por el desorden e irresponsabilidad de las autoridades salubristas, como lo han denunciado los afectados, médicos de diferentes disciplinas. Es lamentable que estando al frente del Estado un médico, Alejandro Giammattei, no se cumplan las exigencias de la población; es desagradable el papelón que hizo en Rusia, el incapaz canciller Pedro Brolo, con el ridículo que iba a gestionar la rapidez para el envió de vacunas que tenía un anticipo millonario, haciéndose acompañar de sus allegados y no de funcionarios del ramo salubrista, gastándose varios miles en boletos y viáticos, exhibiéndose con los rusos y desconocer si ya se había firmado el contrato de la compra de los medicamentos, como públicamente lo reconoció.
Médicos de diferentes disciplinas han señalado al Gobierno su preocupación por la pandemia y el descuido de la red hospitalaria, haciendo el ridículo los profesionales al decirles a los pacientes que no hay vacunas por el descuido de las autoridades sanitarias. La responsabilidad sobre el problema, recae en Giammattei y en la ministra Flores, que ha sido acusada por diputados de la oposición de mentir y le han demandado su renuncia e imputada en el MP. por irregularidades en el desorden en los centros de vacunación.
La intervención de los diputados previo a la aprobación del Decreto que exime de responsabilidad a las empresas farmacéuticas, abrió la polémica para cuestionar al mandatario, a Flores, a la Contraloría de General Cuentas, por no fiscalizar los millones que se han erogado por la pandemia, al procurador, de no estar vigilante cómo se había faccionado el contrato de la compra de las medicinas en Rusia y el descuido para vacunar en el área rural, donde miles han fallecido por falta de atención.
El presidente Giammattei, de asumir el liderazgo que le da la Constitución; ser claro en sus discursos y no mentir, actuar con trasparencia y no ser medias tintas. Un día dice una cosa y al otro cambia y no se pone de acuerdo con las autoridades salubristas para acelerar la vacunación, especialmente a los de la tercera edad que se les cita en los centros y no hay medicamentos, como lo han denunciado las víctimas.
Los hospitales nacionales y los temporales están sobrepoblados de pacientes y no hay medicamentos y ha originado mayor preocupación a las autoridades, por lo que es preciso romper esos moldes de desorden y actuar con la celeridad que amerita combatir el virus, que la población colabore y no se exponga a morir y no dejarle solo la responsabilidad a la ministra Flores que hace lo que está a su alcance para que se acelere la vacunación, pero si no hay producto, la situación de complica más y hay que agradecer a los gobiernos amigos que han donado vacunas y se acelere el envió de las dosis que se pidió a Rusia o bien que se declare lesivo el contrato.
