Ayer dio inicio la XVI Cumbre del BRICS en Kazán, Rusia, con la participación de 36 países, entre miembros y candidatos a incorporarse. El acrónimo BRICS se refiere a Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica, los países cuyas economías se prevé que dominarán el mercado en 2050.
El bloque BRICS ha logrado posicionarse como una fuerza destacada en el escenario económico mundial. Al punto que solo en el último año admitió a cinco miembros nuevos y tiene otros 40 Estados interesados en unirse. Actualmente, los BRICS representan más del 45% de la población global y el 36,7% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, superando así a los países del G7, quienes concentran el 29.6%.
Además, el BRICS ha dejado atrás al G-7 en términos de la “economía física”, con un 45% de la población planetaria; un 71% de la producción de acero; un 69% de la producción de carbón; 62% de los ferrocarriles; el 42% de la oferta de crudo; y el 47% de la producción de trigo.
Este grupo de países emergentes se unió en su primera cumbre en 2009 con el objetivo de construir una alternativa de poder frente a Occidente, y de cooperar entre ellos en asuntos económicos y políticos de interés común.
Durante los años que han pasado desde esa primera reunión, el grupo evolucionó hasta convertirse en un bloque geopolítico cohesionado, cuyos gobiernos se reúnen anualmente en cumbres formales y coordinan políticas multilaterales.
Actualmente, el BRICS es responsable del 40% del crecimiento del PIB global, y del 25% de la exportación mundial de bienes. El bloque registra un crecimiento anual del 4%, mientras el G-7 apenas acusa un crecimiento del 1.7%.
Entre los objetivos del bloque están la creación de un orden mundial más inclusivo y el uso de monedas locales en el comercio internacional en lugar del dólar estadounidense. Además establecieron un banco propio, el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS, que ya cuenta con 96 proyectos aprobados, por 32,800 millones de dólares, como alternativa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial, instituciones que se perciben como continuadoras de las ambiciones de Occidente.
Un tema nodal de la cumbre de Kazán es la desdolarización del BRICS, para lo cual discutirán el lanzamiento de su propia moneda: la UNITED, que tendrá un 40% de respaldo en oro físico, y un 60% en un coctel de divisas del bloque, basada en el sistema Block Chain. Esto contrasta con la deuda soberana de EE.UU. que ya superó los tres trillones de dólares. Tal emisión de papel moneda sin respaldo sitúa a la economía del coloso del norte en una virtual quiebra técnica. Por estas razones, países como China se deshizo de 21 mil millones de dólares en bonos del Tesoro de EE.UU. solo en lo que va del 2024.
Como el presidente Vladimir Putin ha declarado, solamente con que las seis monarquías árabes que integran los Emiratos Árabes Unidos adoptaran la moneda del BRICS u otra divisa para comercializar su petróleo, se gestaría una desdolarización de la economía petrolera, la principal commodity del mundo.
Muchos analistas y políticos consideran que el crecimiento exponencial del BRICS ha sido provocado por las sanciones de EE.UU. a diferentes países del Sur Global, situándoles en una total indefensión monetaria, como a Irán, Cuba, Venezuela o Rusia.
A pesar de las arbitrarias sanciones al país eslavo, el Fondo Monetario Internacional ha publicado un nuevo informe en el que actualiza sus datos sobre el rendimiento económico de diversos países del mundo. El documento sitúa en el 3,6 % la proporción de Rusia en el PIB mundial basado en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA) para 2024, lo que coloca el país euroasiático en el cuarto lugar a nivel internacional.
De esta manera, Rusia adelanta a Japón, que tiene una proporción del 3,4 %, y logra posicionarse por detrás de China (19,1 %), Estados Unidos (15 %) y la India (8,2 %).
Otra razón es la virtual militarización del dólar pues, sin misiles ni tropas, EE.UU. intentó quebrar a Rusia, apropiándose de 300 mil millones de dólares que el país euroasiático tenía depositados en la banca internacional. Este tema generó varias iniciativas para buscar un sistema financiero alternativo al Swift, que controla el país del norte, tales como el MIR de Rusia, o el CIPS (Cross Border Interbank Payment Sistem) de China.
En ese contexto, el bloque anunciará en Kazán el lanzamiento del BRICS-Pay, para operar independientemente de los controles financieros y las sanciones estadounidenses.
La XVI cumbre del bloque es la primera que se realiza tras la incorporación de cinco nuevos miembros: Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos, Irán y Arabia Saudita, dando lugar a una nueva denominación, el BRICS Plus.
La ampliación de los BRICS debe ser comprendida en un nuevo contexto geopolítico y de malestar del Sur Global, que transita de la ambición desarrollista al desafío geopolítico.
El evento dará inicio a un nuevo orden geopolítico mundial, y es el inicio del final del dólar como divisa dominante. Estamos ante una nueva coyuntura global, como la de Breton Woods, hace 80 años. El tránsito a un mundo más justo e incluyente no será fácil ni rápido, pero es la vía para no terminar en una hecatombe mundial.
