A la memoria del abogado José Domingo Montejo y del dirigente del CUC Marcelo Yaxón, luchadores sociales, víctimas de la impunidad y de la conflictividad agraria.
El pasado domingo concluyó uno de los mayores ejercicios electorales del orbe. Unos 373 millones de ciudadanos de toda la Unión Europea (UE) fueron convocados a votar en las elecciones multinacionales al próximo Parlamento Europeo.
Entre el 6 y el 9 de junio, los votantes de los 27 países de la UE concurrieron a las urnas para elegir a los 720 miembros del Parlamento, que integrarán la X Legislatura. Este órgano parlamentario desempeñará un papel crucial en la definición de las prioridades y la dirección política del bloque durante los próximos cinco años.
En los comicios se eligieron por sufragio universal, directo, libre y secreto a los eurodiputados de los partidos europeos que integrarán los bloques parlamentarios de la Eurocámara y que representarán a la ciudadanía europea en el periodo comprendido desde 2024 a 2029. Esta Cámara tendrá a su cargo designar, por mayoría absoluta, al Presidente de la Comisión Europea y su Colegio de Comisarios, que haya propuesto el Consejo Europeo, en función de los resultados de las elecciones, por mayoría calificada.
La citada elección tiene una gran relevancia, ya que el Parlamento legisla sobre temas que afectan directamente a la vida cotidiana de los ciudadanos europeos, como la educación, el empleo, la sanidad, el emprendimiento, la seguridad, la migración, las políticas sociales, el medio ambiente, los derechos de los consumidores, la economía, la industria, el Estado de Derecho y muchos más.
Una de las funciones torales del Parlamento es aprobar la composición de la Comisión Europea, responsable en última instancia de la dirección política del mayor bloque comercial del mundo, y tiene la última palabra sobre quién es nombrado Presidente de la Comisión. En la actualidad, el cargo lo ocupa la alemana Ursula von der Leyen, que muy probablemente se ha asegurado un segundo mandato.
Las dos agrupaciones dominantes en el Parlamento son el Partido Popular Europeo (PPE), conservador y de centroderecha, y la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D), de centroizquierda. Debido a la representación proporcional, ningún grupo tiene una mayoría, por lo que deben formar amplias coaliciones para conseguir algo en el Parlamento. El PPE y el S&D han dominado esta coalición durante décadas.
Los grandes grupos proeuropeos -populares, socialdemócratas y liberales- suman 402 de los 720 escaños que componen el Parlamento Europeo (PE), según la última actualización de datos electorales- aún provisionales- en la que también se confirma el aumento de la ultraderecha, que tuvo un avance espectacular en Francia, alcanzando más del doble de escaños que el partido de Macron.
Ultraconservadores y eurófobos fueron los grandes ganadores en los comicios. Los Conservadores y Reformistas (ECR), grupo que ha incluido a Vox en la pasada Legislatura, alcanzaron un aumento de cuatro escaños y se situarían en los 73. Estas dos agrupaciones de derecha extrema están a la espera de que partidos afines, que ahora no tienen familia política europea, puedan entrar en negociaciones para engrosar sus filas en las próximas semanas.
La ultraderecha de Identidad y Democracia, entre tanto, crecería en nueve escaños, hasta los 58.
Por su parte, el grupo de La Izquierda, redujo su representación parlamentaria en un escaño y se quedaría con 36. El progresismo europeo ha sido la corriente política que más retrocesos ha experimentado.
Los cristianodemócratas se impusieron en Alemania en las elecciones europeas con el 30% de los votos, seguido a gran distancia por la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que se convirtió en la segunda fuerza más votada, con el 15,9% de apoyo, mientras los socialdemócratas pierden casi dos puntos y los verdes se desploman.
El Partido Socialdemócrata del canciller, Olaf Scholz, perdió 1,9 puntos hasta el 13,9 % y los verdes, socios de coalición, perdieron 8,6 puntos, hasta el 11,9 %. El tercer socio del Gobierno alemán, el Partido Liberal (FDP) perdió dos décimas hasta el 5,2%.
La lista de la ultraderecha Agrupación Nacional (RN) obtuvo el 32,4% de los votos (31 escaños) en las elecciones europeas de este domingo, más del doble que el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, que quedó segundo, con el 15,2% (14 eurodiputados).
El Partido Socialista (PS) con un 14% de los votos y 13 europarlamentarios puede pisar los talones al partido de Macron. El Presidente galo reaccionó visceralmente, y anoche disolvió el Parlamento francés, y convocó a elecciones legislativas anticipadas.
Las formaciones políticas de derecha y de ultraderecha avanzaron electoralmente en casi toda Europa con un discurso ultranacionalista, basado en el rechazo a la migración de africanos, y cuestionando la obligación de asignar el 2% del PIB de cada país a la OTAN, mientras no se destinan suficientes fondos a las necesidades nacionales. El rechazo a mandar combatientes a Ucrania fue la cuestión que más votos les representó, cuestiones que ponen en duda la posibilidad de seguir apoyando con fondos y armas a Zelensky, debilitando el apoyo político a la Alianza Atlántica.
Lo anterior, sumado al escepticismo de los militares estadounidenses sobre la capacidad de los ucranianos para resistir los avances rusos, plantea un panorama sombrío para Kiev. Muchos analistas sostienen que Vladimir Putin ha sido el otro ganador en los comicios europeos.
El escenario del envío de fuerzas a Ucrania fue abordado en una entrevista que el presidente ruso, Vladímir Putin, le concedió a principios de febrero al periodista estadounidense Tucker Carlson. «Si alguien desea enviar tropas regulares, esto ciertamente pondrá a la humanidad al borde de un conflicto global muy grave. Es obvio», aseveró el mandatario.
Es improbable que, con la actual correlación de fuerzas, el presidente Joe Biden decida impulsar una ofensiva militar en Ucrania antes de las elecciones en EE. UU. Eso nos da un estrecho margen de tiempo para promover una solución negociada en Ucrania.