Sandra Xinico Batz
En una acción completamente arbitraria, espuria e infundada el Tribunal Supremo Electoral -TSE- ha negado la inscripción del binomio presidencial del Movimiento para la Liberación de los Pueblos -MLP- y rechazado el recurso de nulidad presentado por el MLP el pasado lunes, lo cual evidencia la intención del TSE en obstaculizar la participación de este movimiento, para eliminar la opción que, de ganar las elecciones, impedirá la consecución de la impunidad y la corrupción.
Esta acción es completamente descarada, ya que además de ser ilegal, está demostrando (una vez más) que el TSE no es un ente independiente, sino que responde a la presión e intereses de los grupos políticos y económicos, que han tenido en sus manos el control del Estado y su institucionalidad, siendo estos los responsables del empobrecimiento del país.
¿Esta es la democracia que queremos? ¿La democracia colonial? Una democracia que abiertamente se va contra la ley para beneficiar a los partidos políticos tradicionales que pertenecen a la oligarquía rancia, que no ha dudado en aliarse con el crimen organizado y financiado sus campañas con dinero del narcotráfico para mantenerse en el poder.
La desconfianza de la población hacia la forma en que se hace política en el país no está infundada, ya que si abiertamente se cometen estos abusos e ilegalidades podemos imaginar o darnos una pequeña idea de la magnitud de los negocios que se pactan bajo la mesa y que no fácilmente están a la vista de población “común y corriente” que no nos movemos en esa palestra.
La negación de la inscripción del binomio presidencial del MLP conformado por Thelma Cabrera y Jordán Rodas, bajo excusa de la invalidez del finiquito con el que cuenta Jordán Rodas desde diciembre del año pasado, no tiene otra explicación más que el intento de las autoridades por dar un “golpe electoral”, que a todas luces está fraguando un fraude, porque no hay otra forma de llamar a un proceso electoral viciado, que extirpa a quienes considera un peligro porque puede romper con los privilegios, que han gozado durante estos doscientos años de existencia de la república colonial de Guatemala.
El hecho de que no inscriban al MLP debería indignar no solo a quienes participan o simpatizan con este instrumento político, tanto porque contraviene el derecho de elegir y ser electos, así como también porque aceptarlo marca un precedente de total autocracia, porque no se trata solamente de que el MLP elija a otro candidato a vicepresidente, sino que se respete la decisión de los pueblos que en asamblea eligieron a Thelma Cabrera y a Jordán Rodas como sus representantes para estas elecciones.
No se trata de participar por participar y de cambiar a personas como si se tratase de cualquier cosa como suelen hacer los malos partidos, se trata de que se respete la voluntad de los pueblos organizados en el MLP que no han incumplido con las leyes electorales.
En el fondo lo que prevalece es miedo; miedo al hartazgo y el cansancio de la población de ser gobernada por ladrones, mentirosos y parásitos.