Sandra Xinico Batz

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Sandra Xinico Batz

En la patria podrida reina el hambre para la mayoría, mientras unos cuantos degustan, como si nada, carne bañada en oro de 24 kilates con un costo de Q1500, el cual puede llegar a ser el salario de una persona trabajadora a la que no le pagan ni el mínimo (de miseria) que establece la ley, con el que deberá cubrir los gastos de toda una familia.

En la patria podrida 1 de cada 2 niñas, niños, tiene desnutrición crónica, mientas 12 instituciones del Estado gastaron en 2021 una suma de más de Q18 millones en dietas.

En la patria podrida cada día asesinan a un promedio de 12 personas y desparecen a 5 mujeres, en los primeros dos meses de este año llegaron a desaparecer 17 niñas, niños y adolescentes en un solo día.

En la patria podría se gastan millones de quetzales en puentes que jamás fueron construidos o colocados, mientras las personas arriesgan su vida cada invierno para atravesando ríos y comunidades se quedan incomunicadas sin poder movilizarse por días; ¡ah! Pero bien que sirven estos puentes fantasmas para que presidentes lacras alardeen de haberlos construido.

En la patria podrida mientras la inflación no para, el mal gobierno gasta Q6,800,086 para “crear” una “Marca País”, que una vez más nos demuestra lo asombrosa e imparable que es la corrupción y la desigualdad en este país colonial.

En la patria podría los estados de calamidad sirven de botín principalmente en vísperas de elecciones; en 10 días de julio distintas secretarías, ministerios y municipalidades ejecutaron Q1,400 millones en proyectos y obras. Sí, para construir esos puentes, esas carreteras y ese mantenimiento fantasmas que únicamente existen en la cabecita de los funcionarios parásitos, que están usando este dinero para sus campañas electoreras. Y si estas obras se llegan a construir luego son estas mismas las que al poco tiempo se desmoronan, por la mala calidad de los materiales y de la construcción. Hacen poco y además lo hacen mal.

En la patria podrida es más fácil que una persona termine en la cárcel por exigir sus derechos y denunciar las atrocidades que se cometen en este país, que un criminal desfalcador y asesino enfrente la justicia. Las mismas instituciones del Estado se vuelven guarida que protegen a estos eternos saqueadores.

En la patria podrida ya se festeja la independencia criolla; una que significó la continuidad del genocidio, el despojo, la esclavización y el empobrecimiento para los pueblos originarios.

¿Por qué los pueblos originarios tendríamos que sentirnos orgullosos de esta patria podrida que no nos ha significado más que muerte, violencia, exterminio, ladinización y hambre?

Esta patria racista, misógina, clasista y colonial nos quiere mantener sometidas, sometidos, para asegurar la mano de obra que genere la riqueza que les permite tener el control político y económico del país.

Las élites parásitas son las que han hecho de Guatemala un país asombrosa e imparablemente injusta y desigual. Mientras estas élites sigan gobernando nada cambiará. Nos dan migajas hoy para tener hambre siempre.

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