La proliferación de los denominados “taxis colectivos (piratas)”, “mototaxis”, y otros servicios de transporte que proliferan en la capital expone a mujeres y hombres trabajadores y honrados ante la delincuencia, sin que las autoridades municipales y gubernamentales reaccionen.
El ejemplo reciente es la captura de un conductor de taxi registrada la madrugada del 6 de junio, a inmediaciones del kilómetro 19.4 de la ruta a Ciudad Quetzal, colonia San Josecito, zona 6 de Mixco, cuando trasladaba dos cadáveres en la unidad para abandonarlos en un terreno baldío. Por este caso fue ligado a proceso Cristian Cáceres Cáceres, por el delito de asesinato.
En los primeros cinco meses de 2024, van 29 denuncias por robo de celulares, 36 por robo agravado y 28 por hurto a bordo de los denominados “taxis piratas”, y una cifra indeterminada de violaciones debido a la falta de denuncia.
Pese a este caso revelador, diariamente centenas de los denominados taxis colectivos y mototaxis circulan en el área metropolitana sin que exista un control eficaz que disminuya los hechos.
Además, la proliferación de los denominados “mototaxis”, es otro riesgo al que se expone la población ya que los conductores -algunos delincuentes-, desconocen las rutas y al cruzar intersecciones en diferentes barrios y zonas de la capital son embestidos provocando serias lesiones a los pasajeros que en la mayoría de casos carecen de cobertura médica y del IGSS .
Pese a los operativos de registro que instala la PNC en las principales avenidas y calles de la capital, es difícil controlar los más de 2.2 millones de automóviles y unidades de transporte que circulan en la capital todos los días.
Cobran tarifas excesivas, estos delincuentes se dedican a secuestrar, aterrorizar y asaltar a los pasajeros quienes se ven en la necesidad de transportarse a sus puestos de trabajo y a cumplir con sus labores cotidianas a toda hora.
Sin embargo, estas acciones delictivas son producto del ineficiente servicio de transporte público que opera en la capital y municipios aledaños en los cuales se reportan hechos delictivos que agobian a los pasajeros. Estos asaltos se registran en las estaciones de abordaje del transmetro, transurbano, unidades de rutas cortas, y en todo tipo de servicio de transporte.
Desde 2008, cuando la PNC reubicó a -reclusos-, jefes de pandillas del “Barrio 18”, “Salvatrucha”, y otras, en la cárcel de Chimaltenango, familiares de estos delincuentes se reubicaron en Sacatepéquez y Chimaltenango para estar cerca de los líderes encarcelados. Esa acción trasladó las acciones delictivas que se cometían en la capital hacia esos departamentos.
Ante esa realidad, recomendamos a los usuarios contactar con personas de confianza que prestan ese servicio a fin de garantizar un traslado seguro y así evitar convertirse en víctima de los delincuentes que únicamente buscan sembrar el terror en base de amenazas y robos.
Comprendemos la necesidad de trabajo de guatemaltecos honrados que prestan ese servicio de transporte, sin embargo, es tiempo que las autoridades municipales y gubernamentales impulsen acciones que permitan contrarrestar este flagelo que crece cada día a nivel metropolitano y que compite en las estadísticas contra las extorsiones.