Samuel Flores
La muerte de cuatro reos por posible intoxicación a base de organofosfato utilizado en insecticidas y en “armas biológicas”, pone a prueba los métodos de investigación científico-forense del MP en Guatemala, así como las técnicas de investigación criminal de la PNC.
Esta “prueba de fuego” se genera luego de la muerte de los reos Carlos Danilo Rosa Zelada, de 25 años, y Jonathan Alonso Mejía Villanueva, de 20; a la hora de almuerzo en el anexo B, del Centro de Detención Preventiva para Hombres, Pavoncito, Fraijanes; quienes padecieron síntomas severos de salivación, lagrimeo, diarrea, vómito, broncoespasmo, fasciculaciones musculares y debilidad, según reporte de las autoridades de la Dirección General del Sistema Penitenciario, DGSP.
Rosa Zelada, alias “El Brujita”, salvadoreño de origen, sobrevivió a una masacre registrada en ese mismo penal el 1 de octubre de 2018, en la que murieron 7 reclusos. Ingresó a Pavoncito en marzo de ese mismo año por los cargos de portación ilegal de arma de fuego y encubrimiento propio.
Mejía Villanueva cumplía condena por los delitos de asesinato y portación de arma de fuego, y junto a Rosa Zelada eran miembros de la mara “Salvatrucha”.
Un tercer privado de libertad intoxicado -que murió en el Hospital General San Juan de Dios-, fue Osman Joel López Chanchavac, 25; condenado en 2019, a 141 años de prisión por haber participado en el asesinato de los reclusos Edgar Zeceña, Amos López Méndez, Édgar Gómez, Sixto Chanax, José Manuel Rodrigo Cifuentes, por el Tribunal Segundo de Sentencia Penal de Quetzaltenango. El asesinato de los cinco reos se registró en el Centro Preventivo para Varones de Occidente, el 6 de septiembre de 2018.
El cuarto recluso fallecido por intoxicación en el hospital general fue Luis Fernando Oliva González, 26, cumplía condena por el delito de robo.
Aunque se especula que la alimentación que ingirió la población reclusa, -que pudo tratarse de “alimento contaminado servido a la hora del almuerzo”-, los peritos y auxiliares fiscales deben establecer -junto a los miembros del departamento de patología del Inacif- si los residuos de alimentos localizados en el sistema digestivo confirman esa hipótesis.
Por su parte, los miembros de investigación criminal de la PNC investigan los nexos que los reclusos muertos tenían entre sí, -por las condenas que cumplían-, así como las bandas que integraron en el pasado, sin descartar una eventual “venganza en contra de alguno de los reclusos”.
El Sistema Penitenciario debe analizar los alimentos que se sirvieron ayer en la cárcel Pavoncito, Fraijanes, a los 2,141 reclusos hacinados en ese centro de detención.
Al 30 de mayo de 2022, el Sistema Penitenciario establece que 24,730 internos permanecen en las 23 cárceles del país. De ese total, el 89%, equivalente a 21,922, son hombres y el resto mujeres, 2,808.