Samuel Flores

Periodista, fotógrafo y catedrático universitario, interesado en la recuperación de la memoria histórica del periodismo en Guatemala. Comprometido con la formación académica de la juventud mediante la investigación, verdad y justicia. Opositor a la corrupción, despilfarro y excesos cometidos por los gobernantes y funcionarios que se han enriquecido a base de la pobreza extrema de la población principalmente en el área rural.

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Samuel Flores

En la temporada alta de vuelos Estados Unidos – Guatemala, el Aeropuerto Internacional La Aurora, no está preparado. Baños en mal estado, hisopados irregulares, escasez de mascarilla, medidores de temperatura defectuosos: Es un pésimo servicio el que presta la terminal aérea.

Sin medidas de distanciamiento, baños en mal estado, sin dispensadores de gel. El aeropuerto es un foco de contagio por COVID-19 al extranjero. Por esa razón Estados Unidos restringe el acceso de los chapines. Ese país marca el estricto control de las medidas para contener la pandemia. El gobierno del partido VAMOS: NO.

Esa es la imagen que presume el aeropuerto. Miles de turistas norteamericanos se llevan esa impresión, esa realidad no es culpa de la pandemia. La negligencia está registrada desde las décadas de los noventas; dos mil, dos mil diez; sin embargo; el gobierno actual se lava las manos y no programa presupuesto para actualizar cambios.

La terminal aérea registra mayor volumen en vuelos –noviembre/diciembre 2021 – enero/febrero 2022, asociado a la nostalgia de muchos chapines que hoy sostienen la economía guatemalteca. Sin embargo, el aeropuerto carece de servicios básicos para atender el flujo de extranjeros que según registros de la Dirección General de Aeronáutica Civil, DGAC, en el 2021, alcanzan los 76,000 pasajeros.

Las trabajadoras en locales comerciales dentro del aeropuerto madrugan sin recibir pago por “horas extra”, “sábado y domingo”, con pagados como días hábiles, no tienen acceso a IGSS, ni prestaciones, esa es la realidad en esa fuente de trabajo. Todo gracias al gobierno de Giammattei.

En realidad el gobierno paga sus facturas a sus campañas fracasadas, y ni por asomo pensará en autorizar un salario mínimo que beneficie a la clase trabajadora.

El gobierno expone a los guatemaltecos hacia el extranjero. Nos vacunaron con Sputnik V; cuando el presidente conocía que esa marca impedía el acceso de los guatemaltecos a cualquier terminal aérea de los Estados Unidos. Hoy los guatemaltecos vacunados con la marca rusa no tenemos derecho a ingresar a ese mercado.

 

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