Samuel Flores

Periodista, fotógrafo y catedrático universitario, interesado en la recuperación de la memoria histórica del periodismo en Guatemala. Comprometido con la formación académica de la juventud mediante la investigación, verdad y justicia. Opositor a la corrupción, despilfarro y excesos cometidos por los gobernantes y funcionarios que se han enriquecido a base de la pobreza extrema de la población principalmente en el área rural.

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Samuel Flores

Con la aprobación de los cambios a la Ley de Emergencia Nacional contra la Pandemia del COVID-19, que otorga ampliaciones presupuestarias por Q1 mil 800 millones, al Ministerio de Salud y al IGSS, para facilitar la compra de medicamentos, insumos y contratación de personal médico, no hay excusa para atender la emergencia a nivel rural.

El pueblo debe demandar al gobierno y al Ministerio de Salud transparencia en el manejo de los recursos, y que la mayoría sean invertidos en aldeas y comunidades del interior de la república que es donde se concentra la mayor demanda de vacunas y donde se produce la mayor lentitud en el Programa Nacional de Vacunación.

Con 3 millones 804 mil 269 personas vacunadas con la primera dosis, más 1 millón 785 mil 079 inmunizadas con el esquema completo, para un total de 5 millones, 589 mil 348 vacunaciones, el tiempo y la pandemia es un enemigo letal que asecha principalmente a niñas, niños, adolescentes, jóvenes, mujeres y adultos mayores de los 340 municipios del país.

El tablero Vacunación contra COVID-19 del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, revela que al 12 de septiembre 2021, el departamento de Guatemala reporta 1 millón 483 mil 287 inmunizaciones, (61%), de una población estimada en 2 millones 430 mil 719 habitantes. Estas cifras contrastan con los datos reportados en el departamento de Sololá, que con una población de 294 mil 894 personas, únicamente han sido vacunadas con primera dosis 71 mil 828 habitantes, (24.4%).

Estas cifras son reveladoras tomando en cuenta que la mayor cantidad de industrias, comercios, fuentes de trabajo, servicios de transporte, carreteras, se concentran en el área metropolitana. Sin embargo, en el departamento de Sololá, se registran los mayores índices de pobreza extrema y desempleo. En Alta Verapaz, con una población de 769 mil 273 habitantes, han sido inmunizados 144 mil 863 habitantes. Debemos recordar que este departamento reporta la mayoría de la población indígena y campesina registra la mayor cantidad de casos de desnutrición aguda crónica.

Otro ejemplo es Petén, que con una población de 367 mil 053 habitantes, han sido vacunadas 94 mil 946. En Izabal 74 mil 997 personas han sido vacunadas, de una población de 273 mil 416. Siempre en la zona norte, esa realidad y porcentajes se repiten en el resto de municipios y departamentos del país que hoy permanecen en rojo.

Mientras el Ministerio de Salud cuenta con más de tres millones de dosis por aplicar, la pandemia ha provocado 12,754 fallecidos, 511 mil 457 casos confirmados, y más de 6 mil contagios por día. El gobierno, Ministerio de Salud, diputados distritales, gobernadores, alcaldes, Cocodes, deben hacer esfuerzos por trasladar la inmunización a las comunidades que hoy viven en la incertidumbre. Producir campañas de información en idiomas originarios, convocar a organizaciones indígenas y campesinas para detener la incontenible ola de contagios a nivel nacional. Un buen regalo de “bicentenario” sería trasladar la inmunización a todo nivel.

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