Ante rumores, comunicaciones y quejas de que en algunos Consulados de Guatemala en el extranjero hay muchas irregularidades en cuanto a la relación laboral es conveniente escribir y dar una señal de alerta para que pongan las barbas en remojo, esto va sugerido al Presidente Bernardo Arévalo, Vicepresidenta (Jefa Autoridad Migratoria), Ministro de Relaciones Exteriores, Viceministro de Relaciones Exteriores encargado del tema Migrante, Directora de Asuntos Consulares, Comisión Nacional contra la Corrupción, Contraloría General de Cuentas, Ministerio de Trabajo, Procuraduría de Derechos Humanos, Comisión del Migrante, Comisión de Derechos Humanos, Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de Guatemala y Ministerio Público, porque muchas veces cuando el río truena es porque hay tormenta y esto tómenlo para aquellos consulados en donde hay problemas háganse un examen a conciencia al interno, tomen cartas en el asunto y los que estén bien en ese sentido, sigan trabajando así por mejorar cada día los ambientes laborales.
Existen varias formas de demostrar que su entorno laboral es tóxico, entre ellas: mensajes de texto, grabaciones, correos electrónicos, evaluaciones de desempeño, índice de rotación y cualquier otra evidencia de baja moral en el lugar de trabajo.
Todos estos son indicadores de un entorno laboral tóxico.
Nadie quiere trabajar en un entorno tóxico, independientemente de lo bien que le paguen o de los demás beneficios que pueda recibir.
Lamentablemente, los entornos laborales tóxicos existen en casi todas las empresas o instituciones públicas. Ya sean las expectativas poco razonables que le impone su jefe o los niveles poco saludables de competencia y la falta de límites que infunde su trabajo, los entornos laborales tóxicos son, en última instancia, destructivos para la moral. Y, en algunos casos, si el entorno laboral es lo suficientemente tóxico, puede ser ilegal.
Para los directores, jefes, coordinadores, etc., es importante comprender, entender y poner en práctica un entorno de trabajo saludable dentro del entorno empresarial e institucional.
Entornos laborales tóxicos y hostiles
El término entorno laboral “tóxico” suele utilizarse indistintamente con el de entorno laboral “hostil”.
Si bien es cierto que hay mucha superposición entre estas dos categorías, es importante diferenciarlas. Probablemente, la forma más fácil de entender la diferencia es que un entorno laboral tóxico no discrimina, sino que se aplica a todo el lugar de trabajo, mientras que un entorno hostil se crea debido al acoso, la discriminación y las represalias.
Un lugar de trabajo tóxico tiene muchas características, pero el tema general es: insalubre. Implica daños en todos los niveles. Además, se propaga por todo el lugar de trabajo y afecta a todos los empleados y miembros del equipo directivo. Si bien algunos lugares de trabajo se prestan a más estrés y peligro que otros, es importante comprender que un lugar de trabajo tóxico a menudo conduce a un entorno de trabajo hostil.
Por otra parte, un entorno de trabajo hostil se aplica únicamente a individuos específicos que tienen protección contra el acoso y la discriminación.
Si bien un entorno de trabajo tóxico puede, y generalmente lo hace, conducir a un entorno de trabajo hostil, solo un entorno de trabajo hostil está explícitamente prohibido. Aun así, es útil comprender cómo se define un entorno de trabajo hostil:
. La conducta no deseada, o acoso, se basa en características protegidas como raza, género, sexo, embarazo, religión, origen nacional, edad, discapacidad o genética, o se basa en la participación en una actividad protegida como la denuncia de irregularidades.
. El acoso es continuo y duradero
. La conducta es lo suficientemente “severa y generalizada” como para que el entorno de trabajo se vuelva intimidante o abusivo.
Acciones a tomar ante un ambiente tóxico y hostil:
- Informar a la dirección o jefatura inmediata sobre la conducta: a menudo, el primer paso para demostrar que existe un entorno laboral tóxico es informar a la dirección sobre la conducta o el comportamiento tóxicos. En ese momento, se darán cuenta de que usted se siente incómodo y que tienen la responsabilidad de solucionar los problemas. Es probable que su empleador no haga nada (especialmente si el lugar de trabajo es realmente tóxico). Esto puede ser difícil, pero, en última instancia, demuestra que no les importa su seguridad o salud en el lugar de trabajo, lo que constituye una prueba sólida para una posible demanda.
- Reúna pruebas: existen otras pruebas sólidas para presentar una posible demanda por un entorno laboral tóxico. Entre ellas se incluyen pruebas concretas de que el entorno laboral es tóxico. Por lo general, estas pruebas se encuentran en correos electrónicos, mensajes, grabaciones y otra documentación que muestra el nivel de toxicidad con el que se está lidiando en el lugar de trabajo. Además, proporcionar estas pruebas a la gerencia o jefatura solo pondrá la pelota aún más en su cancha para que tomen medidas.
- Tome medidas adicionales: luchar contra un entorno de trabajo hostil requiere coraje, incluso con pruebas y evidencias suficientes. Aun así, ninguna cantidad de dinero o ascenso vale la pena si se sacrifica la salud mental. Un entorno de trabajo tóxico es extremadamente dañino y, cuanto más tiempo pase en él, peor será su situación. Además, si la toxicidad es tal que le impide seguir trabajando allí, puede renunciar y seguir disfrutando de protección legal. También puede denunciar el trato extremo a las autoridades y dejar que se encarguen del asunto.
Nuevamente, esta prueba es extremadamente importante para una posible demanda por daños y perjuicios y compensación. Sin embargo, dicho esto, ninguna cantidad de pruebas es garantía de un resultado positivo si presenta una demanda.
Se necesita coraje para enfrentarse a un entorno de trabajo tóxico y hostil, pero también se necesita del apoyo de diversos sectores para lograr evitar la continuidad de los ambientes laborales desagradables para los grupos de trabajadores que son maltratados en su dignidad por jefes o coordinaciones que no tienen experiencias en el manejo de personal, principalmente cuando se prestan servicios al público, donde se requiere que los equipos estén en ambientes saludables; tanto físicos como mentales.
Para que en una organización o institución pública exista un ambiente laboral favorable es necesario que cumpla, al menos en gran medida, con estas siete características:
- Atmósfera productiva.
- Canales de comunicación abiertos.
- Equipos de trabajo empáticos.
- Refuerzos positivos.
- Oportunidades de crecimiento.
Un lugar de trabajo saludable es aquel en el que los empleados prosperan en sus proyectos laborales y se sienten realizados, al mismo tiempo que se mantienen sanos física y mentalmente. Son productivos y se sienten apoyados, lo que conduce a una reducción del ausentismo, las enfermedades, los conflictos y, en última instancia, la rotación del personal.
Finalmente, es recomendable realizar constantemente los cursos de relaciones humanas para hacer entender y actualizar en la memoria de los jefes, coordinadores y equipo de apoyo que un ambiente laboral sano es importante para realizar mejor el trabajo, porque sucede muchas veces que quien propicia los ambientes tóxicos y hostiles son las los jefes o coordinadores dejándose llevar por conflicto de intereses diversos.