El desarrollo económico de Guatemala es un proceso que no sería posible sin la participación de sus actores principales como las personas (Diáspora y sus familiares), empresas, organizaciones, municipios, ciudades y todas aquellas regiones que por más pequeñas que las consideremos, participan activamente en la economía de Guatemala.
La capacidad económica de los migrantes organizados es la base para iniciar un proyecto con enfoque regional, donde ellos sean los actores principales para desarrollar sus comunidades de origen, fortaleciendo desde el extranjero un sistema con esquemas de organización para el desarrollo socioeconómico productivo donde se aprovechen el sistema actual de organización en los municipios, basado en los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, partiendo de que migrantes y sus familias en Guatemala, son los más interesados en ver diferente sus lugares de origen, teniendo ahora, conocimientos, experiencias y capacidades que antes no tenían; pero con la formación de organizaciones formales como cooperativas, apoyadas con Fondos de Inversión con un desarrollo estratégico bien diseñado dentro del ámbito del Desarrollo Regional.
El propio interés de los guatemaltecos que viven en el extranjero de querer invertir en Guatemala, los hace sujetos de atención de las entidades financieras y privadas y es allí donde se deben retomar los espacios territoriales para progresar con la participación de las remesas de la diáspora, haciendo alianzas con el sector “privado” y organismos de desarrollo, basados en que en el progreso regional se miden los avances económicos de las actividades que se dan en una región, retomando aspectos sociales, culturales, demográficos, geográficos y agroecológicos que hacen posible llevar a cabo satisfactoriamente dicho proceso.
La dinámica de migración guatemalteca debe aprovecharse y ser incluida en los procesos de planificación con enfoque regional, con un aporte positivo en la mejora de las mismas regiones de origen de los migrantes, donde los servicios públicos requeridos sean en respuesta a las demandas de la producción de bienes y servicios y también buscar la participación en la ejecución de los proyectos aportando capital para los mismos.
Guatemala no tiene una política de desarrollo rural que defina las formas y normas para el desarrollo integral de las comunidades, es por eso que debemos nosotros mismos buscar la manera más conveniente para identificar y priorizar un proyecto en el que podamos participar todos los miembros de una región, incorporándoles todos los factores y elementos necesarios para hacer un desarrollo sostenible que permita un nivel de superación que logre satisfacer las necesidades básicas de vestuario, salud, alimentación, educación y vivienda.
Con este enfoque llevaremos un orden en las acciones que se hagan en las comunidades, participando en la identificación, priorización y planificación de las necesidades urgentes de los pueblos, teniendo cada región su proyecto escrito para que sea la herramienta de gestión, en una Monografía Socio / Económica / Productiva; partiendo de cada migrante tiene su territorio de origen y que la mayoría de guatemaltecos tiene algún familiar migrante.
Finalmente, debemos ingeniarnos un Proyecto a nivel municipal porque en los espacios pequeños se impacta de mejor manera, resaltando los resultados porque el arraigo y amor por el terruño que vio nacer a un migrante lo trae en su mente y corazón y siempre tendrá presente ver un lugar desarrollado, imaginándoselo diferente al que en un tiempo abandonó.