A unas escasas horas de que comenzara un incremento arancelario unilateral de hasta el 30 por ciento para todos los productos mexicanos no cubiertos por el T‑MEC (Tratado de Comercio México, Estados Unidos y Canadá), el presidente estadounidense Donald Trump anunció haber llegado a una prórroga de 90 días en las negociaciones con México, tras una fructífera llamada telefónica con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.

Este período de gracia pactado entre ambos mandatarios permite que los aranceles vigentes, 25 por ciento sobre autos y otros productos vinculados al fentanilo, y 50 por ciento sobre el acero, el aluminio y el cobre, se mantengan en vigor, mientras siguen vigentes las exenciones para todas las otras exportaciones mexicanas que cumplen con los requisitos del T‑MEC.

¿Qué negoció México? Es evidente que, por su parte, el gobierno de México ha exhibido una disposición a seguir negociando y lograr una mayor cooperación en los asuntos de interés para ambos países.  El secretario mexicano de Economía, Marcelo Ebrard, ha afirmado que “ya todo lo que México tenía que hacer está hecho”, y que “el 84 % de las exportaciones mexicanas hacia los Estados Unidos ya están exentas de aranceles bajo el Tratado comercial vigente entre las tres naciones”.

En la conferencia matutina del pasado 31 de julio, la presidenta Sheinbaum informó que México ofreció discutir un “acuerdo global” que abarque no solo el comercio trasnacional, sino también la seguridad transfronteriza y la inmigración, argumentando que una solución integral sería la mejor forma de estabilizar las relaciones bilaterales entre países que la geografía ha unido irremediablemente.

Trump, por su parte, señaló que México se comprometió a “eliminar de inmediato sus múltiples barreras no arancelarias”, aunque no detalló cuáles. Este compromiso fue presentado como parte del esfuerzo para avanzar hacia un acuerdo más amplio antes de que concluya el plazo de 90 días fijados en el acuerdo al que se llegó en la conversación telefónica de último momento entre ambos mandatarios.

Sin embargo, la incertidumbre sigue afectando al sector productivo. El impacto económico y la percepción empresarial sobre este acuerdo provisional no ha sido resuelto y, según un reporte, la volatilidad política ha congelado inversiones transfronterizas, especialmente aquellas que se harían en la extensa región a lo largo de la frontera México-Estados Unidos. Así es que prácticamente la planificación de múltiples proyectos está pospuesta o en pausa según informan los diversos agentes interesados en la intensa relación comercial de ambos países.

Son datos clave para entender la importancia del acuerdo alcanzado el pasado jueves entre Trump y Sheinbaum recordar que el comercio bilateral México Estados Unidos alcanzó cerca de 840,000 millones de dólares en 2024. Sin embargo, sectores como el automotriz, la agroindustria, el acero y las manufacturas electrónicas ya sufren aranceles del 25 y del 50 por ciento según fuentes bien informadas.

Es conveniente hacer un balance político y diplomático de la negociación alcanzada ya que es claro que el acuerdo para extender por 90 días sin escalar aranceles al 30 por ciento representa una victoria diplomática para México, que ha privilegiado la estrategia de “cabeza fría” y diálogo sostenido. Sheinbaum calificó la conversación con Trump como “muy buena” y resaltó que se logró evitar un incremento previsto para el 1 de agosto, ganando tiempo para negociar un acuerdo de largo plazo como les conviene a ambos vecinos.

Aunque el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick había declarado previamente que no habría nuevas prórrogas, el presidente Trump decidió modificar su postura en reconocimiento de la “complejidad y la importancia de la relación con México,” un vecino con casi 140 millones de habitantes y 30 millones más viviendo en el territorio estadounidense.

Así ya se pueden vislumbrar cuáles serán las perspectivas para los próximos 90 días:

  1. Se buscará un acuerdo comercial integral: El objetivo es que en este plazo se firme un pacto que abarque comercio, migración y seguridad, una propuesta que México ha promovido activamente. Esto implicaría institucionalizar mecanismos de cooperación fronteriza y regulación comercial mutua.
  2. Los aranceles condicionales: Aunque persisten los gravámenes actuales, México busca que al cierre del periodo se eliminen o reduzcan, sobre todo para empresas que ya operan conforme al T‑MEC.
  3. Presión en el tiempo: para el 1 de julio del 2026 está prevista la revisión del T‑MEC. Un nuevo pacto bilateral en este momento podría evitar urgencias y confrontaciones entre gobiernos.
  4. Disminuir la incertidumbre global y legal: La estrategia de Trump está siendo cuestionada en tribunales de su país por el uso de poderes ejecutivos no constitucionales para imponer gravámenes drásticos a las importaciones. La legitimidad de las medidas arancelarias podría verse minada si la justicia bloquea su aplicación prolongada.

Se puede afirmar en conclusión que hoy, México ha conseguido evitar el temido incremento al 30 por ciento y negociar una prórroga de 90 días, durante los cuales se mantienen los aranceles actuales y se abre un espacio al diálogo sin escalada inmediata. El gobierno mexicano ha cumplido con las exigencias de Washington y parece estar en una posición de negociación más sólida, pero aún dentro de una ventana crítica.

La próxima fecha clave para el comercio del bloque norteamericano será la revisión del T‑MEC en el 2026, aunque si se logra un acuerdo bilateral integral dentro del nuevo plazo, podría redefinirse ese calendario. Mientras tanto, las inversiones seguirán pausadas, tanto en México como en Estados Unidos, hasta tener mayor claridad sobre el futuro comercial y regulatorio.

México apuesta por un enfoque constructivo, multilateral y de largo plazo. Los Estados Unidos, por su parte, mantiene la presión arancelaria y exige concesiones adicionales. El resultado de estos 90 días definirá si ambos países pueden avanzar hacia un acuerdo duradero o si se retrocede hacia una disruptiva y destructiva tensión comercial permanente.

 

Roberto Blum

robertoblum@ufm.edu

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