En tiempos donde la economía del país se debate entre discursos oficiales y discursos opositores, la ciudadanía queda atrapada en un juego de cifras sin acceso a una explicación clara. Ambas versiones presentan datos válidos, pero sus interpretaciones difieren, condicionadas por intereses políticos. Esta columna busca romper esa dualidad creando un puente: una mirada crítica, independiente y técnica que trascienda los discursos y revele lo que está sucediendo tras los números públicos.

El problema: Por lo general, la situación financiera del país se analiza desde dos ángulos opuestos: el del ministro de turno y el de la oposición.

Ambos suelen presentar datos ciertos, respaldados por estadísticas, pero cada uno lo hace desde una narrativa que responde a sus intereses. En medio de ese cruce de versiones, muchas veces la ciudadanía se queda sin una visión clara de lo que realmente está pasando.

Qué pasó? La reciente colocación de bonos del Tesoro en el mercado internacional por parte del Ministerio de Finanzas generó críticas inmediatas. Algunos opinan que esa operación debió hacerse en el mercado nacional, en quetzales y no en dólares. Pero más allá de esa decisión puntual, hay elementos estructurales que vale la pena analizar desde otro ángulo.

Este Gobierno ha presumido un aumento en la recaudación tributaria. Incluso el exsuperintendente de la SAT –ahora embajador en Honduras, más por razones políticas que técnicas– explicó en su momento cómo las metas se iban cumpliendo. Sin embargo, ¿qué hay detrás de ese crecimiento?

Esta semana, en ROBERTO ALEJOS-PODCAST, entrevistamos a Miguel Gutiérrez, quien fue Superintendente de la SAT durante el gobierno Patriota y experto en temas fiscales. Desde una posición independiente, sin ataduras al actual Gobierno ni a partidos de oposición, Gutiérrez nos ofreció una lectura distinta: el incremento en la recaudación es, en parte, un fenómeno vegetativo. Es decir, si aumentan los ingresos, el gasto y el consumo, es natural que aumente también la recaudación.

Fue contundente al señalar que no hay necesidad de seguir endeudándonos, ya que el Gobierno tiene recursos en caja y no ha ejecutado el presupuesto como debería. También advirtió sobre la ausencia de un rumbo claro y un plan concreto en la política financiera, lo cual genera incertidumbre.

Nos llamó especialmente la atención el hecho de que las negociaciones sobre los aranceles a nuestras exportaciones fueron declaradas confidenciales por siete años. ¿Por qué? Según Gutiérrez, probablemente se deban a temas sensibles más allá de lo estrictamente comercial, posiblemente vinculados a seguridad.

NO SE VALE que un tema tan delicado e importante como la situación financiera del país solo se analice desde un punto de vista. Por eso buscamos otras voces, como la de Gutiérrez, que tiene conocimiento profundo de la materia.

La entrevista nos sirvió de base para hacer las preguntas clave al actual Ministro de Finanzas, quien también accedió a ser entrevistado y cuya conversación se publicará próximamente. Esta doble mirada –desde la experiencia técnica y desde el poder actual– nos permite tener una comprensión más completa del contexto financiero y de su vínculo con la lucha contra la corrupción.

Aunque Gutiérrez fue crítico con el Gobierno, también ofreció datos alentadores. Por ejemplo, aclaró que el impuesto del 1% a las remesas no afectará directamente a los migrantes, y dio consejos útiles sobre cómo manejar legalmente sus recursos para no verse perjudicados.

YA ES HORA de prestar más atención a lo que realmente está pasando en el país. Es fácil endeudarse, y más fácil aún ser manipulado por retóricas confrontativas, tanto de oficialistas como de opositores. El tema financiero, y en particular el endeudamiento público, es demasiado importante para ignorarlo.

Que nos duela la situación del país. Que nos importe saber a dónde van nuestros impuestos. Porque históricamente han ido a parar a cualquier lugar, menos donde más se necesitan: a las comunidades, a los pueblos, a las personas vulnerables. Que ese dolor nos motive a actuar, a informarnos, a exigir y a trabajar por cambiar el rumbo del país. Caminemos, participemos, o no avanzamos.

José Roberto Alejos Cámbara

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