El problema: Durante mucho tiempo estuvimos en manos de una Corte Suprema de Justicia, acusada de ser parte de quienes intentaban dar el golpe de Estado a Bernardo. A la cabeza, de quienes de una u otra forma cooptaron el poder en este país, muy de la mano de las y los diputados de aquel entonces.
Con mucha esperanza, se llevó a cabo todo el proceso para elegir una nueva Corte Suprema de Justicia, lo cual al mismo tiempo significaba elegir Magistrados de Salas de Apelaciones y cambiar a todos los jueces que fuera necesario para que la administración de justicia fuera pronta, cumplida, y sobre todo, honesta.
Entonces, todo el mundo puso sus esperanzas en el nuevo proceso de elección de las Comisiones de Postulación y de quienes serían electos para ocupar dichos cargos. Fue así que el nuevo proceso y las elecciones se llevaron a cabo. Aparentemente, con resultados no excelentes, pero tampoco los esperados, aunque sí suficientemente buenos como para esperar que se convirtiera en una corte neutral.
¿Qué pasó? Efectivamente, parecía que era una “corte neutral” pero no hizo los cambios correspondientes a nivel de jueces y magistrados, quienes están a cargo de que la administración de justicia se convierta en un tema honesto, para que la corrupción desaparezca de esos lugares o, por lo menos, empiece a disminuir.
Sin embargo hemos visto muchísimos casos que demuestran que nada ha cambiado o que los cambios van a tardar mucho en ser efectivos. Uno de éstos es el caso Malouf, que demuestra que realmente es posible encontrar leyes y procedimientos para liberar a quienes son culpables, o se les asigne condenas menores de cinco años para que de alguna manera sean conmutables; es decir, que se pueda pagar a razón de Q5 diarios para obtener la libertad, tal como ocurrió con el caso Malouf.
En el último capítulo de ROBERTO ALEJOS PODCAST, el experto Javier Monterroso nos explica cómo, además de que los tribunales continúan operando igual o muy parecido, cuentan con instrumentos que son increíbles para ser usados en este tema, tal como lo es la Ley de Aceptación de Cargos.
Esta ley permite de alguna forma presionar y extorsionar a quienes se desea se declaren culpables a cambio de que cuenten con quienes participaron. De esa forma se les deja en libertad; sin embargo, su declaración es una prueba para condenar a quienes realmente son los “malos de la película” que están interesados en condenar, o de la otra forma, se rebaja tanto la condena para aceptar los cargos que al final la persona queda en libertad, tal como es el caso de este doctor que cometió una serie de delitos y fue juzgado por muy pocos, y de una manera impresionante.
NO SE VALE que sabiendo que si la “ley de aceptación de cargos” nunca se hubiese aprobado o hubiese sido probada como originalmente la presentaron, no hagamos nada para derogarla, no nos pongamos a trabajar para que esa ley no sea utilizada de la forma que se utiliza, pues ya existen otras leyes tales como la del colaborador eficaz, que nos pueden servir para que la persona que esté siendo juzgada colabore con perseguir a los verdaderos responsables, tal como los jefes, la cabeza, los hechores intelectuales que son los que realmente tienen cooptado el Estado.
La ley de aceptación de cargos es una, y es una vergüenza nacional, pero más vergüenza es que la usan para favorecer a quienes los contratan, por llamarlo de alguna manera. Y que conste que esto sólo es un ejemplo de tantos que existen que no se hacen públicos, como este caso en particular, que de no haberse hecho público, la persona habría salido en libertad, como si nunca hubiese cometido ningún delito o como que hubiese sido un simple accidente, tal como se pretende hacer creer.
YA ES HORA de reformar todo el tema de Seguridad y Justicia en la Constitución, que enfrentemos de cara y con valentía esta reforma constitucional que ha sido detenida tantas veces.
De no cambiar la forma de elegir a quienes dirigen el Organismo Judicial, el tema no va a cambiar. Además, no lo vamos a lograr si no existe una verdadera carrera judicial y si no regresamos a lo que realmente inspiró a la Constituyente.
Les recomiendo este capítulo, como todos, tratamos de hacerlo bastante didáctico para ver si motivando el conocimiento motivamos la acción.
El ciudadano cree que nunca va a tener que ir a un tribunal, que nunca lo van a demandar, o que nunca va a tener que demandar a alguien. De hecho, la mayoría tiene miedo a poner una denuncia que se pueda convertir en una demanda, precisamente porque sabe que no va a tener justicia y por el contrario va a ser motivo de amenazas, de persecuciones de parte de quienes se ven afectados. Y éste sólo es un tema de tantos que tienen al Estado, Estado casi inexistente, como lo llaman muchos.