El problema es que hace algunos años, cuando quise ser candidato a la presidencia por segunda vez, hablé de un Estado Fallido. Fui muy criticado en algunos sectores y hoy en día muchos se han sumado a este tema, otros me han reclamado porque Estado Fallido, se hizo desde la izquierda y me lo estaba robando y otros porque la palabra o la frase también suena o una propuesta muy de izquierda.

Para otros realmente lo que tenemos es un Estado Cooptado, un Estado Corrupto o un Estado Ausente, pero lo que realmente hay es un desorden en la administración pública. Hemos ido improvisando hasta desviarnos de lo que realmente buscamos en la verdadera Refundación del Estado que fue la Asamblea Nacional Constituyente de 1985, de la que tanto hablo y de la que tan orgulloso me siento de haber pertenecido.

¿Qué pasó? Desde el intento de golpe de Estado en tiempos de Serrano Elías, que no ha quedado claro cómo fue, aunque lo que pretendía era parar un chantaje que desde el Congreso de la República se venía realizando al Presidente de la República, un Presidente que no podía evitarlo porque también había caído en la tentación de la corrupción, dando con esto, motivos suficientes para el chantaje del que fue objeto.

Lo cierto es que, cuando el intento de golpe de Estado fracasó, gracias a la Constitución Política de la República, y en especial gracias a quienes con valentía pudieron decir que esto era imposible desde la Corte Constitucional creímos que no había pasado nada y que todo estaba bien, pero que si tenemos un poco de estudio sobre qué pasó al final podemos ver que el golpe se dio. Y es que lo que Serrano pretendía que era cambiar la Corte Suprema de Justicia finalmente en las reformas constitucionales se cambió, lo que Serrano pretendía disolviendo el Congreso de la República, finalmente el Congreso se autodepuró. Dejando la idea de qué esto se puede hacer de manera continua, cada vez que esté fallando, lo cual no es así, esa vez lo hizo bajo la presión de aquel entonces y porque el mismo Congreso aprobó, en las Reformas Constitucionales, un artículo transitorio en donde se autodisolvía. Llamaba a elecciones para que otra legislatura terminara el periodo, sentando así un pésimo precedente.

NO SE VALE que el Presidente viva pendiente de si la Corte Suprema de Justicia va a entrar o no a conocer sus antejuicios, antejuicios promovidos por un grupo que hasta hoy pretende que el Presidente de la República no siga ejerciendo el poder que la población le dio a través del voto. Un voto que aunque no queremos admitirlo, no fue sólo en contra de la clase política como con Jimmy Morales, si no podemos hablar de un voto en contra del sistema.

Que el Congreso de la República se mantenga en líos internos producto de que los partidos políticos ya no son verdaderos partidos políticos, si no sólo vehículos electorales y que a estas alturas del partido, como diríamos en buen chapín, el Congreso no logra arrancar su trabajo. No porque no logre acuerdos, lo cual es normal en cualquier Congreso, si no por la judicialización de muchos de los problemas internos de cada partido.

Sería larguísimo hablar de todas las instituciones del Estado que al final no funcionan, empezando por un Tribunal Supremo Electoral que se encuentra colapsado. Siendo este el centro de nuestro sistema Republicano, pues fue creado en la refundación del 85 (y en todo caso un poquito antes para convocar a elecciones a la Asamblea Nacional C.), para garantizar que la población participe de la toma de decisiones delegando a través del voto el poder que es del pueblo.

YA ES HORA que tomemos con seriedad la reestructuración de este país, que tomemos con seriedad la reforma profunda que nos merecemos. Pues si ustedes ven el capítulo de ROBERTO ALEJOS PODCAST de esta semana, en donde me atrevo a hacer un análisis de coyuntura, que incluye la venida del Secretario de Estado de Los Estados Unidos, nos daremos cuenta lo mal que estamos y lo urgente que es esta reforma profunda. Empezando por la reforma constitucional en seguridad y justicia y ojalá algún día nos atrevamos a hacer la reforma constitucional que permite elegir al Congreso a mitad del periodo y no al mismo tiempo que el candidato a Presidente. Eso sin profundizar en otras reformas que son urgentes y que vendrían a corregir algunas buenas intenciones de la Constituyente que se quedaron en eso, en buenas intenciones. Porque al final no funciona como esperábamos, o introducir los temas que no nos atrevimos a hacer en aquella ocasión o que no pudimos porque no eran tema aún, como los temas relacionados con los Pueblos Indígenas. Temas relacionados con los derechos humanos como la lucha de las mujeres por la equidad y la igualdad. No basta con escribir, no basta con protestar, hay que actuar.

José Roberto Alejos Cámbara

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