El Problema: No podemos dejar de admitir que la toma de posesión de Donald Trump nos puso nerviosos a muchos, emocionados a otros y tristes a un montón. Sin embargo, lo impactante de esa toma de posesión es el estilo totalmente diferente que se lleva a cabo en los Estados Unidos donde no se invita a nadie en especial. Es suficiente contar con las representaciones diplomáticas que hay en el país, con el Senado, el Congreso y las fuerzas políticas de los dos partidos.
Además, hay que admitir que el gobierno no necesita estar quedando bien con nadie para invitarlos a la toma de posesión. Al contrario, le harían estorbo en materia de seguridad, traslados y en el caso Trump, peor aún le robarían el show.
La costumbre es la juramentación en el Capitolio, rodeados de gente en los alrededores, y hasta ahora nos enteramos que mucha de esa gente hasta compra la entrada. Nadie sabe la cantidad de eventos colaterales que aparecen: cenas, almuerzos, celebraciones particulares, a las que existe una leve posibilidad de que el Presidente Electo atienda a algunas actividades. Después de la toma de posesión en las que también existe la posibilidad de que el Presidente ya juramentado llegue.
Se llevan a cabo muchos análisis, inclusive tuve la oportunidad de hacer uno con Edmond Mulet en un capítulo de ROBERTO ALEJOS PODCAST, en el que se hacía el análisis de todo lo que podría pasar en el mundo, en el continente y especialmente en Guatemala.
¿Qué pasó? Pues que todo fue tal y como se esperaba; pero no fue lo despampanante que la gente creyó que sería una toma de posesión del país más poderoso del mundo. Al contrario, hubo muchas muestras de humildad, de sencillez y el Presidente fue juramentado en lo que para Guatemala sería el salón de los pasos perdidos, el corredor que está entre el Senado y el Congreso, con sillas de metal para los invitados, Congresistas, Senadores y demás funcionarios de gobierno. El acto público fue eso: un acto público, con presencia de ciudadanos y ciudadanas estadounidenses que estuvieron ahí para ver.
Lo que pude analizar y escuchar de boca de Aquiles Faillace, compañero constituyente, en el capítulo de ROBERTO ALEJOS PODCAST de esta semana, fueron las señales que el presidente Trump envió en distintos actos y especialmente en las fotografías que hizo circular.
Se fotografió con toda su familia mandando el típico y claro mensaje de que regresa al tema familiar como tema principal y que la Casa Blanca volverá a ser una casa en la que abunden los nacimientos para Navidad, que ya no se llamará “Felices Fiestas” sino “Feliz Navidad” como símbolo del cambio de un Partido Demócrata a un Republicano conservador. No faltó nadie de su familia en la foto y le dio mucho énfasis, en distintos actos, a varios de sus hijos.
El papel distinto que ahora juega la Primera Dama ya no es aquella Primera Dama del primer periodo del gobierno de Trump que parecía sumisa y despreciada caminando detrás de él; hoy anduvo a su lado muy activa, muy elegante con un papel muy claro y además en sus declaraciones también dejó muy claro que es muy independiente pues estará pasando su vida mitad del tiempo en la Casa Blanca y mitad del tiempo cuidando a su hijo que también fue parte del show.
Se fotografió con su equipo de gobierno, con sus financistas, con los cuatro hombres más poderosos económicamente hablando de los Estados Unidos; esas cuatro personas, dijo Aquiles Faillace, que son dueños de la mitad del capital de todos los Estados Unidos; muy claro, es decir, hacia allá vamos, hacia la tecnología, hacia los negocios, la modernidad, y aunque declarará la guerra a la China varios de sus socios tienen negocios de mucho poder en la China, por lo tanto, el tema empresarial estará presente, fue el mensaje.
Por otro lado, firmó públicamente una serie de órdenes, diríamos aquí en Guatemala, lo que se llamaría: Despacho Presidencial, Acuerdos Presidenciales, en donde la enorme cantidad de decisiones que tomó de manera inmediata, mandaban un mensaje fuerte y claro, que incluso se empezó ya a anotar en nuestro país, pues hasta hoy todavía no estaba muy claro, hasta cuándo se va a mantener la ayuda de cooperación a Guatemala y de qué manera, porque había sido suspendida y ahora restaurada por un tiempo
Ya tomó decisiones muy fuertes en el ejército en relación con el tema de la diversidad sexual, ya no digamos los temas que de hecho ya nos empezamos a vivir porque empezamos a recibir aviones repletos de paisanos deportados a este país y hasta vimos cómo un país como Colombia dijo que no los recibiría y a los pocos minutos estaba diciendo que había sido una broma y, que por el contrario, el Presidente mandaría su propio avión para que le volvieran a mandar a los repatriados.
Algo que nadie se habría esperado: un Kennedy en el gabinete, en caso de duda que Trump refleja el disgusto de la población al sistema y que esa campaña refleja la debilidad del partido demócrata y que los mensajes que le envió son más claros que les recomiendo que vean en este capítulo de ROBERTO ALEJOS – PODCAST y verán lo importante de los mensajes que envió y que hablan por sí solos.
NO SE VALE que sigamos creyendo que el presidente Trump no va marcar un antes y un después, que sigamos jugando con su toma de posesión y con el tema de quienes estaban invitados o no, que se siga hablando sobre si el presidente va a meter las manos en Guatemala o no y que sigamos especulando sobre el papel que el presidente Bernardo Arévalo va a tomar frente al nuevo gobierno que no es necesariamente de su agrado.
YA ES HORA que tomemos esos temas con más seriedad, que aceptemos, aunque no nos guste, que el Partido Republicano no ganó: Arrasó, y que habrá consecuencias para ese país, que las habrá para nosotros, y sobre todo ya es hora de que tomemos acciones para unirnos como guatemaltecos, unirnos como centroamericanos, porque no podemos estar a la espera de qué va a hacer el poderoso, en vez de actuar nosotros primero.
Y nuestro presidente ¿qué señales está mandando? A Guatemala y al mundo entero.