El problema: En Guatemala crecimos acostumbrados a que las oficinas de gobierno no funcionan y que las que si funcionan o deberían de funcionar, son manejadas por personas que no tienen el más mínimo interés de que esto se note. Estos caen en la terrible tentación de la corrupción, el amor por el dinero, por el poder o por las dos cosas. Esto hace que la mayoría de oficinas no cumplan la función para las que fueron creadas, además de la dualidad de funciones o en muchos casos la incapacidad de quienes la dirigen.
Ese era hasta hace poco el problema de la Superintendencia de Administración Tributaria, que fue creada hace algunos años para que se encargara de la recaudación tributaria, que incluye cobrar todo tipo de impuestos y de crear controles para que los impuestos sean los que tienen que ser.
Además de la legislación mejorada al respecto, hubo que hacer cambios más allá del tema legislativo, en temas de reglamentos, de sistemas y de forma de trabajar.
¿Qué pasó? Se eligió como Superintendente después del proceso legal correspondiente, a una persona con experiencia en este ramo y que incluso ya había sido viceministro de Finanzas, entre otros cargos. Se trata de Marco Livio Díaz, una persona que en su vida particular no ha sobresalido precisamente por ser alguien que quiera notoriedad.
El Superintendente tomó medidas administrativas fuertes desde un inicio, además de cambiar algunos sistemas en materia de informática en materia de controles y especialmente poner en práctica temas que se debieron haber realizado desde hace mucho tiempo.
La factura electrónica, la automatización de que esta factura llegue a donde tiene que llegar, para ser reportado el cobro, cuando el pago se hace a través de Tarjeta de Crédito y otro tipo de sistemas y de medidas que no sólo hacen más fácil los controles sino que dan información que antes no se obtenía.
Entre otros temas que podemos ver con más claridad y escucharlo directamente de quién lo logró, en el capítulo de ROBERTO ALEJOS – PODCAST, en donde tuve el placer de platicar con él al respecto. Marco Livio Díaz encontró la forma de descubrir empresas inexistentes, empresas de cartón y cruzar datos entre los representantes legales de las empresas para descubrir cómo los representantes legales se repiten como también los notarios que crean las empresas.
Con toda esta información descubrió una serie de empresas no menos de 450 empresas, que no pagaban sus impuestos, y la gran mayoría de ellas proveedores del Estado, un gran número de casos, dedicados a la construcción y el resto de empresas supuestamente de suministro de materia prima a estas empresas o les prestaban servicios como alquiler de maquinaria, combustible, entre otras cosas. Aunque no lo crean en Petén, pero prestaban el servicios a empresas que estaban en San Marcos o Huehuetenango, lo que lo hace imposible, como venta de combustible, trasladar Block desde el Petén hasta esos departamentos frontera con México.
Descubrió empresas inexistentes porque ni la dirección existe, pues el sistema también permite verificar recibos de agua, luz, y teléfono falsos, o simplemente descubrir que usted puede pedir una línea telefónica en una dirección que no tiene espacio ni para poner un escritorio. Esto permitió descubrir cómo era el mismo notario el de una enorme cantidad de empresas y como el representante legal se repetía, y además descubrió que no sólo se prestaban servicios, entre ellos se vendían facturas, en algunos casos eso les servía para no pagar ni siquiera el IVA, mucho menos el Impuesto sobre la Renta.
Por supuesto que lo hizo público, lo que también es digno de resaltar, porque muchos encuentran este tipo de problemas, y lo que hacen es no investigarlos por temor a que les suceda algo; hay peores casos, que son los que lo descubren y se aprovechan para pedirle algún tipo de mordida o soborno a quienes descubrieron, y así podríamos enumerar una serie de actividades y una enorme cantidad de personas que le han hecho un enorme e incalculable daño a este país.
Aunque el superintendente en la entrevista no se atreve a decirlo o creo yo que nosotros no quisimos que lo dijera por su propia seguridad, fue no sólo amenazado e investigado, sino también perseguido. Un tema que también hicieron con sus parientes, amigos e incluso aunque él no nos lo dijo, pudimos investigar que el Ministerio Público llegó a rodear la casa de su señora madre como una forma de asustarlo.
En la mayoría de casos lo que hemos visto, es que estas personas que han sido valientes cuando se ven perseguidas por el Ministerio Público, salen huyendo del país y con razón, porque cuando están fuera el proceso los declara en rebeldía, lo que no les da derecho a defenderse, y en poco tiempo les sale la orden de captura y lo que probablemente pudo ser sólo una sospecha o temor, se convierte en una realidad, como el reciente caso de Juan Luis Font.
NO SE VALE que se sigan nombrando personas en los puestos públicos importantes que no hacen su verdadero trabajo, a personas que aunque lo hagan, cuando descubren la corrupción de los malos manejos y los actos ilegales y más, en buen chapín, se hacen la brocha. Que se sigan nombrando personas, que cuando descubren que esto sucede, por miedo no dicen nada, o hay personas que lo que hacen es ir a buscar a quienes salieron, en cada caso para pedirles que a cambio de alguna cantidad de dinero, para que la investigación no siga.
Tampoco es correcto y lo hemos mencionado otras veces, que seamos indiferentes, porque cuando alguien da una conferencia de prensa o varias denunciando hechos como ese hay que apoyarlos, hay que dar el seguimiento y ver que estas personas se sientan respaldadas, y por qué no, felicitadas, y subrayar su trabajo ejemplar.
YA ES HORA que el Ministerio Público que tanto presume de estar actuando dentro de la legalidad, investigue a profundidad, pero con celeridad estos casos de evasión de impuestos, que van acompañados de una serie de delitos de estafa, de perjurio, de falsedad material e ideológica entre otros y muchos más.
El Ministerio Público tiene la obligación y nosotros también la responsabilidad de hacerlo para que esas personas terminen en la cárcel, o como mínimo paguen sus impuestos con los respectivos intereses. Que hagan las denuncias y las acciones correspondientes ante el Colegio de Abogados, ante el Colegio de Contadores y Auditores Públicos, pero no para que suceda como otras veces, que se les ponen simples multas o una pequeña suspensión, si no para que realmente dejen de ejercer su profesión porque entre otras cosas, hemos ido llevando a menos a los colegios profesionales cuando estos permiten que entre sus filas haya profesionales que no merecen serlo, porque avergüenzan a la profesión. En el capítulo de ROBERTO ALEJOS PODCAST hago el reto al Ministerio Público y el reto a la población porque al final todos tenemos esta obligación de investigar de apoyar y de llegar al fondo. No hay otra manera en que el país vaya a cambiar.