José Roberto Alejos Cámbara

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José Roberto Alejos Cámbara

En el gobierno del General Arana Osorio, poniéndolo como ejemplo, ya que esta elección no fue acusada de fraude, el Ministro y Viceministro de la Defensa eran oficiales del ejército, pues así lo ordenaba la Constitución y, aparte de ellos, todos los cargos fueron ejercidos por civiles. El Vicepresidente era un insigne Abogado, el Gabinete y las Secretarías los integraban 8 Abogados, 1 Médico, 1 Economista, 1 Arquitecto, 1 Ingeniero Agrónomo, 1 periodista y sin embargo, era un gobierno civil presidido por un militar.

Por esta razón, dejaré de usar la frase “los gobiernos militares” así como también dejaré de usar “guerra fratricida” ya que lo que acostumbramos a llamar así, nació de oficiales del mismo ejército que de manera similar a lo sucedido en 1982, se levantaron en contra del gobierno de turno por la inconformidad sobre cómo se venía manejando al país.  La diferencia esta vez fue que no tuvieron éxito, pues se refugiaban en el oriente del país como Fuerzas Armadas Rebeldes -FAR- dirigidas por el subteniente Luis Agusto Turcios Lima y el otro núcleo por el teniente Marco Antonio Yon Sosa y también el teniente Luis Trejo Esquivel. Se hablaba de que ese movimiento prácticamente desapareció en 1971 debido a la persecución y muerte de sus seguidores.

Como se convirtieron en el movimiento guerrillero, insurgente, la guerra civil o Conflicto Armado Interno es otra historia. Éste fue producto de una reorganización, un cambio de la región oriental a la occidental del país y sobre todo se convirtió en parte de la llamada Guerra Fría, dirigida por el bloque capitalista de los Estados Unidos y el bloque comunista dirigido por la Unión Soviética (encabezado por Rusia).

La división y confrontación de la sociedad guatemalteca fue evidente y muy marcada. Este tema se vive en la actualidad y probablemente con más intensidad. El argumento de la derecha y la izquierda, una vez más, no permite que la nación se desarrolle y que las banderas que justificaron la lucha en aquel entonces se mantengan.

La pobreza extrema, la explotación, la falta de oportunidades para los más necesitados, el racismo, la discriminación, el machismo, la falta de un verdadero sistema educativo, la falta de salud y de servicios básicos siguen estando allí. Se mantiene, como entonces, una presión constante mediante el uso de la violencia, el terrorismo, la fuerza, el asesinato, la extorsión, el chantaje, el secuestro y la intimidación que no podemos calificar ahora de guerra fratricida.

Las violaciones a los derechos fundamentales del ser humano, las torturas, el involucramiento de gente inocente, de  las familias de los involucrados, de los menores de edad, los reclutamientos obligatorios, la participación de civiles, y otros, hicieron que la Constitución, promovida por los propios militares con el apoyo de ideólogos no militares y de pensamiento democrático y enfocado a lo social, se redactara como se redactó.

Es necesario tener claro lo sucedido en nuestra historia reciente sin distorsiones de ningún tipo, ya que es evidente que estamos regresando a lo que se quiso cambiar. Ahora con un método diferente la corrupción, la impunidad, la falta de transparencia, son ahora las armas de los sectores de siempre. Tenemos que contar la verdad de lo que pasó y lo que pasa, por esa razón contaré lo que viví.

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