José Roberto Alejos Cámbara
Explico hoy cómo el articulado llegó al pleno. Después de una parada obligatoria, porque expliqué cómo el sistema fue cambiando, incluso a aquellos miembros del pleno que alguna vez creyeron en la negociación y búsqueda de consensos –aunque al revisar los nombres veo que ya actuaban así–. Algunos de éstos, ahora dignatarios de la Nación, como el presidente, Pellecer Robles, querían hacer negocio con las aeronaves del ejército. El Transporte Aéreo Militar (TAM) incluso inspiró la prohibición constitucional de no poder utilizar comercialmente las aeronaves del Ejército de Guatemala.
Lo importante es que ese 2 de abril fue aprobado por la Comisión de los 30, justo 100 años después de la muerte de Justo Rufino Barrios, y estábamos tan inmersos en lo nuestro que ni se mencionó ninguna palabra al respecto de dicho acontecimiento. El 10 de abril lo conocía el pleno, en medio de situaciones de conflictos internos que hasta hoy causan revuelo. El GAM (Grupo de Apoyo Mutuo), dirigido por Nineth Montenegro de García, denunciaba la desaparición de por lo menos 457 personas, incluyendo su esposo, el líder sindical Edgar Fernando García.
Estos acontecimientos urgían la aprobación del texto constitucional, pues en mi pueblo, Jutiapa, el 14 de marzo de ese año, el general Humberto Mejía Víctores, en un acto público y en conferencia de prensa, afirmaba que el GAM era un grupo manejado por la subversión. El 4 de abril se denunciaba la desaparición de una familia de la Junta Directiva de dicha asociación. La búsqueda de cárceles clandestinas, personas que hasta hoy nunca aparecieron, denuncias de torturas y más, era el ambiente que privaba en aquellas fechas.
El Golpe del 82 satanizó a los partidos políticos, dio a conocer los atropellos de éstos como una estrategia para desaparecerlos. Para gobernar, el gobierno llamó a representantes de las Cámaras Empresariales y a los colegios profesionales. Reyes López dirigió el IGSS, comenzando así la relación con Ríos Montt, por ejemplo.
Este llamado permitió la creación de un Consejo de Estado con buena representatividad y posteriormente la Comisión Política, como la creadora del plan de retorno al sistema democrático. Entre otros aciertos, fue la que propuso la primera Comisión de Postulación que permitió elegir al primer Tribunal Supremo Electoral que a su vez dirigió la elección de la misma Asamblea Constituyente.
Los constituyentes decidimos elegir los tribunales de manera escalonada y siguiendo el ejemplo de aquella comisión que vio al TSE como una rama especializada, escogido por la Corte Suprema, de una propuesta de la primera postuladora integrada por el rector de la Usac, un representante de los demás rectores privados y cuatro decanos de Derecho, pues no había fábrica de universidades como ahora, 20 candidatos para que la Corte los eligiera, se presentaron.
Los constituyentes seguimos el ejemplo, pero lo arruinamos incluyendo a la academia y dejando que fuera el Congreso quien eligiera. ¡Qué torpeza! pues lo politizamos y además todo cambió para peor en las reformas del 93. Y hoy, ni siquiera eligen a la Corte y se espera que usen la misma estrategia para la Fiscalía con el fin de no cambiar nada. Eso sí, están trabajando para cambiar a quienes no los están ayudando, enjuiciándolos como es el actual caso de la jueza Aifán. DÍGANME SI NO URGE LA REFORMA Y REGRESAR A AQUEL BUEN INICIO.