El Día del Normalista se refiere al estudiante de la Escuela Normal Central para Varones, la del Barrio de Pamplona como la identifica el doctor Arévalo en su obra La Inquietud Normalista. Y digo esto porque ya a finales del siglo XX todos los establecimientos que graduaban maestros de educación primaria urbana, eran escuelas normales, pues en donde graduaban bachilleres se les ha llamado “Institutos”, siendo la máxima representación es el Instituto Nacional Central de Varones, en donde tuve el honor de ser catedrático durante casi 13 años.
Pues bien, resulta que en 1944 la dictadura de Ponce, heredera de la de Ubico, mantuvo la militarización de la Escuela Normal, que al ser abolida por presión de los estudiantes, fue designado director el doctor José Luis Arriola quien contaba entre sus docentes al doctor Manuel Chavarría Flores. Pero, a causa de la rebelión estudiantil se retornó a la disciplina cuartelaria y el doctor Arriola fue destituido. Según cuenta el alumno Julio Palacios, quien después se hizo abogado y escribió un libro titulado “la Huelga del 44″, los rebeldes estudiantes empezaron a sentirse incómodos con la disciplina impropia para una escolaridad civil y planificaron iniciar una huelga, jurando no regresar a sus estudios si no se restauraba una dirección a cargo de un maestro. Aprovechando el descanso de fin de semana los internos ya no retornaron el lunes y los externos ya no asistieron a clases. Eso sucedía un mes antes que estallara la Revolución del 20 de Octubre de 1944, de manera que la huelga normalista era parte del preludio al alzamiento armado contra el gobierno de Ponce. Cuando mi promoción se inició en la vida normalista, fue en el año de 1953 y nos graduamos de maestros en octubre de 1957. Una vez por mes nos reunimos los “sobrevivientes” de la promoción a recordar la vida en la Gloriosa Escuela, gracias al liderazgo del ingeniero Sequeira, que tomó la estafeta ante el fallecimiento del ingeniero Hugo García. La Normal fue para nosotros un verdadero paraíso. Todo nos lo proporcionaba el centro educativo y sus selectos maestros como don Héctor Nuila, don David Arroyo, don Chepe Valenzuela, don Amílcar Echeverría, don Arcadio Madrid, don Enrique López, don Prudencio Dávila, don Gonzalo González, don Salvador Búcaro, don Roberto Sosa Silva, don Carlos Gordillo, don Alberto Castañeda y tantos que otros buenos maestros que se me quedan involuntariamente en los intersticios de la memoria. Pero no debemos olvidar a nuestro director don Paco Herrarte y el subdirector don Manuel Cordero y el paternal cariño de don Augusto Lechuga. Este próximo 25 de septiembre de 2024, estaremos recordando lo que sucedió hace 80 años cuando los normalistas de antaño defendieron la dignidad del maestro y 67 años que mi promoción 1953-1957 vivimos a plenitud ese hogar que fue nuestra Escuela, “más allá de la Aurora Nacional y más acá del Museo Nacional” del museo. ¡Donde te encuentres amigo Normalista, recuerda en esta fecha a nuestra querida Escuela Normal!