Hace algunos años tuve en mis manos un libro del insigne escritor guatemalteco, don César Brañas, titulado “Como un arco roto”, editado por la Universidad de San Carlos, en donde retrata y describe su antigua casa en la Antigua Guatemala y me quedé fascinado por esa bella descripción de la antañona la Muy Noble y muy Leal ciudad de Santiago de Guatemala, destruida por los terremotos de Santa Marta y que aún está recostada en el valle de Panchoy, gracias a los “terronistas” que se resistieron a ser traslados al Valle de la Ermita y conservaron y restauraron lo que quedó después del terremoto y casi todos los templos católicos hechos y terrones de cal y canto. Y allí sigue la antigua ciudad, con sus centinelas volcánicos que le dan una vista inimitable y el volcán de Fuego que vive tal vivo como en los primeros tiempos y el volcán de Agua con su simétrico cono, centinela eterno del pasado, presente y futuro de la romántica Antigua Guatemala. Hoy fui privilegiado con dos preciosos libros que espero leerlos y disfrutar de las fotografías y descripciones que hablan de la historia de la ciudad de Guatemala de la Asunción, por medio de sus calles, sus templos y casas solariegas que infunden tranquilidad y paz y, desde luego, la belleza que el tiempo nos ha dejado, a pesar de dos terremotos. El primer libro me lo obsequió una mi alumna, Maestra Mirian Cárdenas, y fue escrito por la historiadora Ana María Uruela de Quezada, de la Asociación de Geografía e Historia de Guatemala, nos escribe crónicas de la historia de esta ciudad con muchos datos que ensanchan nuestros conocimientos históricos del antiguo y del actual urbanismo de la ciudad de Guatemala. Se engalanan sus crónicas, con variadas fotografían de antes y de hoy. El segundo libro es un valioso obsequio de mi amiga maestra Lilian Toledo, cuyo título es Una Casa en la Alameda, La casa del Mayorazgo de Gálvez y Corral, escrito por el historiador Ricardo Toledo Palomo, padre de Lilian, a quien tuve el honor de conocer. Los dos libros han sido editados con presentaciones de lujo, con fotografías nítidas, a colores, y con informaciones valiosa sobre diversos escenarios de la ciudad de la Antigua Guatemala, en el valle de Panchoy. En esta preciosa Alameda se ubica la casa a que se refiere el maestro Toledo Palomo, que es el centro del relato; pero, por medio de esta casa es posible imaginar todo el entorno de la vieja ciudad. La Alameda aún existe y da gusto recorrerla en la actualidad, pues conserva su encanto de todo lo que se construyó en la época colonial, con su arboleda que ofrece una vista que refresca la memoria al recorrerla a pie.
Ignoro si esos libros se consiguen en las librerías; pero, si tiene la oportunidad de que lleguen a sus manos, disfrútelos con su vista y su memoria histórica. Y no se olvide del libro “Como un Arco Roto” del maestro César Brañas, que éste si lo encuentra en la librería de la Universidad de San Carlos.