0:00
0:00

Con motivo de haberse cumplido cincuenta años de la firma para institucionalizar el siniestro y brutal Plan Cóndor en Santiago de Chile, en septiembre de 1975, con la presencia de delegados de alto nivel de las fuerzas armadas y de seguridad de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, se realizó una conferencia en la Universidad de la República de Uruguay, del 3 al 5 de noviembre. Se marcó así la fecha de inicio de la siniestra Operación Cóndor, que luego incluyó también a Ecuador y Perú, y contó de principio a fin con la asesoría, equipamiento, entrenamiento y colaboración de Estados Unidos. No fue conmemoración ni sólo análisis histórico; fue una reunión para reafirmar la lucha por la Memoria Histórica y el “Nunca Más”, ahora que el fascismo amenaza al continente americano.

La lección inaugural de esta conferencia estuvo a cargo de la Dra. Patrice McSherry, autora del libro “Operación Cóndor y la Guerra Encubierta en América Latina”, quien demostró que Cóndor, cuyo prototipo –coordinación de operaciones represivas entre países de América del Sur-  empezó a operar a principios de 1970, fue el resultado de las doctrinas y acciones coordinadas por el “sistema interamericano de defensa”, creado y dirigido por Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría, tanto en materia de ideología –anticomunismo y la fascista “doctrina de seguridad nacional”-; adiestramiento, en la Escuela de las Américas y bases militares de EE. UU.; equipamiento con armas y equipos sofisticados de intercomunicación; apoyo diplomático y contactos anticomunistas en Europa y la región latinoamericana; así como con constante supervisión por la CIA (evidente en abundantes documentos desclasificados de dicha agencia). El Plan Cóndor no fue así producto de la inspiración de Pinochet y Contreras en Chile y la suma de las dictaduras militares sudamericanas, sino que un plan de sistematización y búsqueda de eficiencia en la persecución transfronteriza de opositores a los regímenes dictatoriales, todos estos apoyados por EE. UU. en el período de Kissinger como Secretario de Estado.  

El Plan se centró en operaciones encubiertas transfronterizas –acciones contra personas que habían salido de sus países para evitar la desaparición forzada y/o la muerte- rompiendo el tradicional derecho de asilo en Latinoamérica y la legalidad de los países de supuesto refugio, incluyendo la agresión contra refugiados protegidos por la ONU. La fase III del Plan Cóndor consistió en ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas de exiliados, no sólo en América del Sur sino que también en Europa y Estados Unidos, realizadas por “escuadrones de la muerte” multinacionales, que se desplazaron a los lugares de ejecución con apoyo de embajadas y servicios diplomáticos. El Plan Cóndor, cuya existencia “oficial” se ubica entre 1975 y 1983, también tuvo incidencia en Centroamérica, en donde personal de Cóndor funcionó en labores de entrenamiento de fuerzas armadas y de seguridad en Guatemala, El Salvador y Honduras, así como en la capacitación de la Contra para actuar contra los Sandinistas en Nicaragua. Trataré de esto en artículos próximos.

Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

post author
Artículo anteriorLa recuperación de la dignidad cívica
Artículo siguienteArranca “Black Walmart” con descuentos de hasta 35%, promociones y más