La CC obligó al Consejo Superior Universitario (CSU) a abrir los procesos de elección de treintaisiete de sus miembros; pero lo hizo a gusto de Mazariegos, para que los procesos fuesen acelerados y no dieran margen a la Resistencia Universitaria y otros sectores honestos de organizarse bien. Ni siquiera hay precandidaturas a Decano para varias de las nueve decanaturas a elección. La trenza de las mafias nacionales y universitarias es clara, y tiene que ver, principalmente, con mantenerse en la Usac y, a mediano plazo, seguir con la cooptación del Poder Judicial y el MP. Tratar este tema con profundidad va a requerir de varios artículos; éste es el primero. Insto a las y los universitarios honestos, tanto activos como indiferentes, a asumir su responsabilidad de echar a las mafias universitarias con el voto, así como hizo la ciudadanía para echar a las mafias nacionales del Poder Ejecutivo, votando a favor de Arévalo. El coraje hoy de universitarios conscientes debe llevar al cambio sustancial en el CSU.
- Ante las maniobras del usurpador
El usurpador y compinches en las Facultades de Derecho, Humanidades e Ingeniería, se han apresurado a convocar las elecciones de representantes estudiantiles para elegir decanos, en condiciones ilegales y malintencionadas, que hacen obligatorio presentar amparos. Y confío en que las autoridades judiciales han de concederlos. Fui adversario del usurpador de la rectoría, como precandidato de SOS USAC, y pude darme cuenta del fraude de la alianza de Mazariegos y Suárez para intentar ganar las elecciones, con la complicidad del CSU y el apoyo de los corruptos gobierno de Giammattei y MP.
Por razones antojadizas, se dejó fuera del cuerpo electoral a estudiantes y profesores de la Facultad de Ingeniería, en donde fui Decano. Posteriormente, con abuso de autoridad, el CSU invalidó otros cuerpos electorales contra las mafias. Aun así, Mazariegos no pudo obtener los votos necesarios para ser electo rector, por lo que, finalmente, el CSU aprobó una elección que violaba el reglamento de elecciones, eliminado votantes en su contra, y realizando la votación bajo acciones represivas. Solamente votaron menos de la mitad del cuerpo electoral establecido. Yacen engavetados en la CC y la CSJ los múltiples recursos de amparo para invalidar la usurpación de la rectoría, que todavía no han sido conocidos y resueltos. Una vez se apoderó de la rectoría, por autodesignación, el usurpador ha seguido sus abusos de poder y cometiendo delitos, y ha ejercido su tiranía, sin que haya habido investigación del MP, pese a que entre los delitos se cuentan actos de intimidación y violencia de sus guardaespaldas.
Igual que las autoridades honestas, trabajadores, profesores, estudiantes y profesionales que se ubican en la Resistencia Universitaria al usurpador, confiaba yo, particularmente ahora con el gobierno de Bernardo Arévalo, en que las elecciones del CSU, incluidos nueve decanos, fuesen honestas, transparentes y democráticas; pero las convocatorias adolecen de fallas sustanciales, que indican el interés de las mafias afines al falso rector de mantener el control de la Usac y el CSU a como dé lugar (continuará).