Marco Rubio vino, habló y partió sin dar el respaldo ansiado por las mafias criminales y corruptas. De hecho, se pronunció contra la corrupción y contra el golpe de Estado, al señalar que no habrá inversión privada en el país de darse estos problemas. Las y los “antidemocráticos” fueron ignorados y minimizados, mensaje igualmente claro para el CACIF, con su postura ambivalente. Así, resulta impostergable romper la cadena de la corrupción y la impunidad, lo cual puede hacer Arévalo o la sociedad civil o ambos juntos. En esa cadena ha jugado papel central el MP, que protege y apoya a sus aliados políticos y ataca a quienes ve como “sus enemigos”. Interfiere con las funciones de otros órganos del Estado, sin prueba alguna y con testigos falsos, intentando así “gobernar el país”. Ha atacado a funcionarios honestos y a universitarios dignos y honrados. Se lanzó contra el Tribunal Supremo Electoral por no haberse plegado al golpe de Estado y, en su intento de “ilegalizar” a Semilla y la elección de Arévalo y Herrera, no deja funcionar a dicho Tribunal, que es un organismo que nada tiene que ver con el MP y en el cual el MP no tiene nada que hacer.
Emperrada en atacar a Semilla, por haberla humillado con su victoria electoral y su defensa de la misma, Consuelo Porras ahora ataca al Congreso, por reconocerlo, organismo errático, aunque con mil veces más respaldo ciudadano que la Fiscal General. En su segundo período, Porras fue producto del chantaje: la Comisión Postuladora la había dejado fuera de la lista y sólo la incluyó cuando la CC obligó a incluirla, interfiriendo en el proceso por extorsión de Porras. El resto es bien conocido: Porras ha sido la peor Fiscal General en la historia del país; se aprovecha, sin embargo de las faltas de las y los diez magistrados de la CC, bien archivadas en el MP, para obligarlos a cubrirle la espalda. Y, luego, MP y CC tienen sus jueces predilectos que le dicen “sí” a cualquier aberración jurídica. Debemos romper, gobierno y/o sociedad civil, esta cadena de corrupción e impunidad.
Hay formas diversas para romperla. Una sería quitar la piedra angular de la corrupción, es decir, remover a Consuelo Porras, con base en la Constitución y la Ley del MP, al interpretar correctamente que es motivo de remoción el desempeño inadecuado de sus funciones. La protección a criminales y corruptos ha quedado en evidencia, con los casi trecientos noventa días de no investigar a Miguel Martínez y su pareja, con denuncias claras de todos los negocios turbios en los que ambos han participado. También se puede iniciar con la separación de jueces que han transgredido las leyes del país, como dictar la desaparición de Semilla y ocultar información de casos o tratar de impedir la participación de la planilla honesta, la diez, en el CANG. Y también, en un gesto que clama la población, dejar en suspenso a la CC, por fallar siempre a favor de corruptos y poderosos. Al conocer las dudas del gobierno de cómo y cuándo actuar, insto a la ciudadanía a superar la apatía de más de un año e iniciar los procesos que libren a Guatemala de la infestación por mafias criminales y corruptas.