Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Puede ser en el plano político, en donde hoy se acepta la barbarie como “defensa del pueblo de Israel”. Hay señales preocupantes, antes y luego de la elección de Trump. ¿Cómo pudo poco más de la mitad del electorado estadounidense haberle dado la presidencia, que él convertirá en dictadura, sabiendo que es inmoral, inhumano y delincuente? Con relación a la peste apocalíptica, tanto Trump como su “zar de la Salud” abogan por anular a la OMS, al tiempo que más pandemias vendrán en el futuro. Con relación al hambre, no existe ningún plan para aminorarla; al contrario, con la deportación de millones de inmigrantes y el cierre de fronteras cerrará las pocas válvulas de escape de las hambrunas generadas por el modelo neoliberal. La guerra se azuza contra Rusia, China e Irán y, pese a la cercanía de Putin a Trump, EE.UU. pretenderá recuperarse económicamente a base de vender armas y fomentar la violencia. Y la muerte, que Biden impulsó en Ucrania y Gaza, seguirá galopando por el planeta. Celebro que la Corte Penal Internacional haya ordenado la captura inmediata de Netanyahu; pero me temo que EE.UU. lo seguirá protegiendo.

Preocupan las personas deshumanizadas que tratan de justificar el genocidio israelí contra el Pueblo Palestino. Nada en el Viejo Testamento y menos en el Nuevo justifica la muerte de personas inocentes y el exterminio de todo un pueblo. Sin embargo, fanatizados judíos, derechistas sin escrúpulos y hasta cristianos fundamentalistas han aplaudido el asesinato de cerca de cincuenta mil palestinos, un tercio de los cuales son niños y niñas. En Gaza se han cometido todos los crímenes de lesa humanidad, así como violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Los drogados soldados israelíes no han tenido restricción en sus “actos de muerte”, al tiempo que se acallan las protestas mundiales por la censura pro israelí. De no detenerse a los desquiciados líderes de Israel, el mundo caminará hacia un conflicto nuclear: el Apocalipsis vaticinado.

Para las y los cristianos, el Apocalipsis es parte de la Biblia, si bien es difícil de entender. Habla del fin del mundo y de la Humanidad, situándolo en un futuro en donde aparecerán muchas señales, incluidos sus cuatro jinetes -hambre, peste, guerra y muerte- que actúan entrelazados. Habla también de la desviación y confusión de mucha gente, que caerá en las garras de los falsos profetas, así como en la desconfianza y violencia entre los seres humanos. En el pasado varios períodos históricos parecieron ser el apocalipsis, siendo el de Hitler y el nazismo-fascismo uno de ellos. Se cometieron crímenes abominables y generalizadas violaciones de los derechos humanos. Sin embargo, se le derrotó y la Humanidad pudo avanzar con la ONU y la Declaración Universal de los Derechos Humanos como marco. Pese a la gran distancia entre las normas humanitarias y las prácticas de los Estados, hubo avances después de la Segunda Guerra Mundial: se evitó desatar la “guerra nuclear” y los pueblos del mundo han venido logrando mejores condiciones. En años recientes, sin embargo, han vuelto a surgir doctrinas inhumanas con prácticas asesinas y se propaga el odio.

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