Desde el minuto uno del gobierno de Arévalo y Herrera, las mafias del régimen de Giammattei no han cesado en sus actos para socavarlo. La CC mantiene suspendido al partido Semilla y forzó al Congreso a cambiar su Junta Directiva inicial. El MP continúa sembrando el terror judicial y actúa con libertinaje abriendo y cerrando causas. Arévalo ha hecho nombramientos para reemplazar a funcionarios deshonestos y la CC les ha dado amparo, ordenando su reinstalación, especialmente a Suárez, socio del falso rector de la USAC. Éste, que no cumple con sus deberes mínimos, se niega a obedecer orden judicial y, por ahora, está libre de sanción.
El CSU de la USAC se resiste a convocar a elecciones de más del sesenta por ciento de sus miembros, con períodos vencidos o la calidad perdida por la que fueron electos. En actitud desafiante al presidente, Consuelo Porras sigue en el MP a pesar de las generalizadas peticiones de renuncia, confiando en que la CSJ y el Congreso le den impunidad.
No son episodios aislados; es una campaña orquestada, con la intención de socavar al gobierno. Se está a la expectativa de que Arévalo tome una decisión que pueda ser cuestionada ante la CC, con la confianza de que esta actuará contra él. Por otro lado, de no tomarse decisiones contra los principales mafiosos en el Estado, la frustración popular se convertirá en crítica al gobierno y desánimo general.
La ciudadanía está poco sensibilizada e informada y nada organizada, y la estrategia mafiosa empieza a calar, pese al apoyo logrado con las elecciones y la defensa de sus resultados. Nos corresponde proponer medidas y apoyar al gobierno, sin críticas a su supuesta debilidad, aunque señalando, por canales privados y efectivos, los errores que se puedan cometer. La comunidad internacional, que jugó papel determinante, creyó que con la inauguración del binomio de Semilla se ganó la batalla. Por esto, soy de los muchos defensores del triunfo electoral que insistimos en que el Pueblo se organice mejor y salga a dar la lucha en defensa del gobierno, tanto en lo político como en lo legal y con movilizaciones masivas. Así, la comunidad internacional verá que falta mucho por lograr. De no hacerlo, podemos caer de nuevo en la “dictadura de la corrupción”.
¿Qué hacer? Primero, continuar la lucha contra las mafias. Hay que seguir presionando la salida de Consuelo Porras, cuya agria faz denota que sí le hacen mella las denuncias. Insto al movimiento social a hacer plantones, rotativamente, frente al MP y a preparar una gran manifestación para exigir su salida.
Dicho movimiento puede también, particularmente las y los abogados, idear la forma precisa en que los “jueces del mal” sean expulsados. Es inconcebible que jueces capaces y probos hayan sido perseguidos por Porras y que “sus jueces” no salgan de sus puestos. El sector universitario debe esforzarse más, para expulsar al falso rector. El CSU ha perdido su legalidad y la USAC debe cumplir su Ley Orgánica y sus Estatutos, lo que obligaría al mini-rector a abandonar el cargo. Sigamos con denuncias y acciones legales frente a la CC y preparemos su cierre, por ser el candado de las mafias.