Especialista en Prótesis Oral
Director Clínico, Investigación y Estrategia, Centro Dental Multimédica

 

En Guatemala, hablar de desnutrición infantil es hablar de una herida abierta y persistente. El país presenta algunos de los índices más altos de desnutrición crónica en América Latina, afectando a casi uno de cada dos niños menores de cinco años. Sin embargo, lo que muchas veces se pasa por alto es el vínculo estrecho entre la salud bucal y la nutrición, una relación que podría ser clave para romper el ciclo de pobreza, enfermedad y desigualdad.

La boca es la puerta de entrada al cuerpo, y su estado influye directamente en la capacidad de alimentarse adecuadamente. Niños con caries severas, encías inflamadas o pérdida temprana de dientes sufren dolor al masticar, lo que limita su ingesta de alimentos nutritivos. En paralelo, una dieta deficiente en vitaminas, minerales y proteínas deteriora los tejidos orales, agrava infecciones y favorece la aparición de enfermedades bucales. La desnutrición y la mala salud oral se refuerzan mutuamente.

En las comunidades rurales y empobrecidas, esta realidad es cotidiana: niñas y niños con peso y talla por debajo del promedio, que no pueden masticar frutas, vegetales ni proteínas debido a caries no tratadas; madres gestantes sin acceso a controles prenatales dentales, lo que repercute en la salud del bebé; adultos jóvenes con pérdida dental prematura que dependen de alimentos blandos y ultraprocesados. ¿Cómo se puede esperar que una estrategia contra la desnutrición funcione sin considerar el estado bucal del individuo?

Es tiempo de que los programas de combate a la desnutrición incluyan también componentes de salud oral: evaluación dental en controles de crecimiento y peso, fluorización en escuelas, entrega de cepillos junto con suplementos nutricionales, formación de personal comunitario en ambas áreas.

Guatemala necesita una estrategia multidisciplinaria y territorial que aborde la salud infantil de manera integral. La odontología preventiva debe ser parte del plan nacional contra la desnutrición, y los equipos de salud deben capacitarse para actuar de forma coordinada en este frente. Además, integrar la salud bucal en la educación alimentaria permitiría una intervención más efectiva, especialmente en los primeros mil días de vida.

Prevenir enfermedades orales no solo reduce el gasto en tratamientos futuros, también mejora la capacidad de los niños para comer, crecer, aprender y vivir con dignidad. La inversión en salud bucal es una inversión en capital humano.

Hoy más que nunca, Guatemala necesita políticas públicas que no dividan el cuerpo humano por sistemas, sino que atiendan al ser humano en su integridad. No habrá solución real a la desnutrición si no se garantiza también una boca sana.

Dr. Rafael Mejicano Díaz

Cirujano Dentista. Ms. Dr.h.c., Universitario Distinguido por la Universidad de San Carlos, Decano de Ciencias de la Salud Universidad San Pablo de Guatemala, Profesor Universitario, Consultor en temas de mejoramiento de la atención odontológica y tecnología dental, Investigador CONCYT y CONAHCYT, fundador y desarrollador de Multimédica Vista Hermosa, Empresario comprometido con el desarrollo de las personas, de la familia y la patria. Ha participado como consultor en diferentes países para el mejoramiento de la tecnología dental avanzada.

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