Dr. Rafael Mejicano Díaz

Cirujano Dentista. Ms. Dr.h.c., Universitario Distinguido por la Universidad de San Carlos, Decano de Ciencias de la Salud Universidad San Pablo de Guatemala, Profesor Universitario, Consultor en temas de mejoramiento de la atención odontológica y tecnología dental, Investigador CONCYT y CONAHCYT, fundador y desarrollador de Multimédica Vista Hermosa, Empresario comprometido con el desarrollo de las personas, de la familia y la patria. Ha participado como consultor en diferentes países para el mejoramiento de la tecnología dental avanzada.

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Hace un poco más de cincuenta años, cuando iniciamos la implementación de la clínica, era evidente que quienes poníamos una clínica dental lo hacíamos por probar, es decir, para ver cómo nos iba, o por desarrollar una labor a favor de la salud y de último se pensaba en el tema de los posibles ingresos que se podían generar, teniendo muchas veces, y sin darnos cuenta, subsidiar parte del tratamiento de los pacientes, pues debido a la carencia de procesos administrativos que acompañarán nuestro quehacer y el componente financiero, no era posible determinar si al final de la jornada, se ganaba o se perdía. Y esta carencia de conocimientos básicos de administración y poca capacidad para administrar un negocio, tenía una lógica de origen, pues en las aulas universitarias a los estudiantes de odontología, no les enseñaban nada de administración, iniciar e implementar una clínica dental y que fuera rentable era realmente un caso de admiración.

En mi caso personal, previo al ingreso a la facultad, trabajé en la tienda del Colegio Salesiano Don Bosco, en donde cursé mi educación secundaria, posteriormente y siendo un adolescente, trabajé en un almacén de electrodomésticos y juguetes en la sexta avenida, para posteriormente establecer mi propio negocio, que consistía en vender mercancías a negocios, teniendo una pequeña red de vendedores que se desplazaban a las diferentes zonas de la capital. Tanto el ser dependiente de la tienda y tener mi propio negocio, fueron cargos que siempre requirieron establecer registros y controles básicos, para determinar existencias de productos y las ganancias respectivas.

Por ello, cuando implementé la clínica dental, desde antes de su implementación, me dediqué a realizar estimaciones y proyecciones técnicas y financieras para visualizar la rentabilidad que la clínica debería tener en el futuro, parte importante de esto fue mi trabajo, en el ejercicio profesional supervisado, en mi formación como dentista en la Facultad de Odontología de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

En la actualidad el componente administrativo implementado en la clínica dental, nos permite:

Establecer una organización efectiva, desarrollar buenos procesos, llevar registro y controles sobre todo lo que se realiza, establecer controles de ingresos, de gastos y ganancias, estimar los costos parciales y totales, cumplir con los requisitos legales de contratación de personal y el pago de los impuestos, establecer los objetivos, propósitos y metas de la empresa, desarrollar la reglamentación de soporte, establecer protocolos de calidad, redireccionar el funcionamiento de la empresa, realizar procesos ordenados de compra de equipo y material dental y otros. Por ello en estos tiempos una clínica que no presta atención a temas administrativos, no tiene rumbo y está más expuesta a solo sobrevivir, o llegar a fracasar.

Un segundo elemento igualmente importante en el funcionamiento efectivo de la clínica dental, es la digitalización, pues esta nos permite: llevar un registro efectivo de la información del paciente, sistematizar todos los resultados de los exámenes que permiten desarrollar un diagnóstico certero, sistematizar los resultados del tratamiento. La digitalización de la clínica también permite la sistematización y fluidez continua de los datos e información del paciente a todos los departamentos de la clínica que así lo requieran, el desarrollo efectivo de exámenes, la sistematización de la toma de impresiones por medio de escáner intra y extra oral, la adecuación de la información obtenida sobre las características de las piezas dentales, para determinar el diagnóstico, así como el diseño y la estrategia para desarrollar el tratamiento.

La digitalización también nos permite llevar seguimiento efectivo de todos los controles relacionados con el seguimiento al paciente y la evolución del tratamiento, así como tener una base epidemiológica, para saber a que enfermedades nos enfrentamos.

En resumen, podemos decir que tanto el contar con una administración efectiva que conduzca las dinámicas operativas de la clínica, como el introducir el componente digital, son decisiones importantes que pueden determinar, desde el inicio, el poder desarrollar tratamientos dentales exitosos y con mayores posibilidades de éxito en nuestro quehacer diario, poniendo como principal propósito funcional, lograr el bienestar integral de los pacientes, que al estar plenamente satisfechos, se convierten en un brazo importante y gratuito en la promoción permanente de la clínica dental, generando un sólido prestigio social, sin olvidar que tratamos seres humanos, bajo un conocimiento de la aplicación de la ciencia odontológica basada en evidencia científica.

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