Sobre el tema de ser líder y de cómo ejercer el liderazgo, hay muchos puntos de vista al respecto, por ejemplo; para algunos, el líder es aquella persona que dirige una empresa, que la representa, que es la persona que ha sido nombrada por la Junta Directiva y que tiene suficiente experiencia para que sea considerada como tal, pero como se ve y se interpreta esta posición de líder, como ejemplo, los colaboradores de la empresa o institución, que están bajo el dominio de este tipo de líder, giran alrededor de él, teniéndole que obedecer y adular, para hacerlo sentir más importante de lo que ya es. En este caso, el liderazgo lamentablemente se interpreta como una herramienta técnica o tecnócrata, que se desarrolla en forma jerárquica, sin reconocer y valorar los talentos y virtudes que tienen los colaboradores y que están por debajo de él.
Realmente estas interpretaciones sobre lo que es liderazgo, dificultan formar un equipo de trabajo efectivo e íntegro que comparta y operacionalice los propósitos comunes y a largo plazo de la empresa, dependencia u organización, concretándose a generar y estimular dinámicas temporales, que están amarradas a una forma rutinaria de funcionamiento organizacional, y lo que es más complicado aún, que estas dinámicas solo respondan a los caprichos e intereses del líder.
Sin embargo existe otra definición mucho más sensata y cercana a los intereses de la empresa, ésta es dada por Lao Tzu, quien dice que «líder es la persona que no se ve ni se siente, y que al final de la jornada las personas digan, lo hicimos por nosotros mismos». Esta definición de liderazgo nos hace ver y valorar que al final, líder no es la persona que más grita, que más se distingue y que sale constantemente al frente de la organización, desde esta definición el verdadero secreto del liderazgo, está en saber transmitir seguridad, empoderar e involucrar a los colaboradores dentro de un equipo de trabajo, en donde compartan un propósito común, sintiéndose útiles, importantes y realizados en la organización, es decir, el liderazgo es una audacia y sensatez profunda de quienes dirigen la organización, en lograr involucrar a los colaboradores de tal forma que los propósitos de la organización, se conviertan también en sus propósitos personales, aprovechando sus virtudes y capacidades para que de esta forma se sientan realizados, porque al final, una empresa es exitosa justo cuando logra empatar las capacidades y potencialidades de los colaboradores, con los propósitos y objetivos de la organización, de tal forma que ésta se convierta en el mejor espacio para que el colaborador se sienta realizado e importante.
Como parangón hoy tenemos un presidente con un diferente tipo de liderazgo, esperamos como población, que logre conseguir los objetivos por los cuales lo elegimos, que básicamente fueron el eliminar la corrupción y el desorden administrativo.
Es abominable lo que ese tipo de funcionarios y líderes que fueron escogidos por anteriores administraciones, sin ninguna conciencia ni noción de decencia, quieran seguir dirigiendo nuestro destino.
Resulta necio a estas alturas estar haciendo alusión a quienes ejercen puestos de relevancia, calificándolos de derechistas o izquierdistas, hay de los dos tipos de especímenes en ambas direcciones que no son ni FACHOS, ni CHAIROS, son unos criminales que lucran con el dinero del estado, que debería de servir para la educación, salud y seguridad de los guatemaltecos.
En conclusión, hoy tenemos un nuevo tipo de liderazgo que lo representa el presidente Arévalo, esperemos que ese liderazgo se utilice para terminar ya, la horrible plaga que es la corrupción y a los funcionarios en el ejercicio de sus funciones se les debe calificar de decentes o indecentes.