Desde que tengo uso de razón, nunca en la historia en nuestro país se había experimentado una protesta social de semejante magnitud, donde todos los grupos étnicos están unidos en contra de la corrupción.
El Dr. Arévalo ganó las elecciones y su llegada al poder se percibió como un acontecimiento esperanzador, apoyado en las elecciones en la primera vuelta, por los jóvenes de las áreas urbanas, pero al día siguiente, el proceso de elecciones, se llenó de dificultades, causado por declaraciones de que Arévalo no llegaría a ocupar la silla presidencial, porque el partido Semilla para su constitución tenía firmas falsas.
En este momento percibió la población que grupos que nunca han representado a la sociedad guatemalteca como tal se oponen a perder sus privilegios, de la fuente permanente de enriquecimiento, que es el presupuesto nacional.
El allanamiento del Tribunal Supremo Electoral con el pretexto de investigaciones por el Ministerio Público, puso en entredicho el sistema electoral y a los fiscales, desencadenando una serie de protestas y recursos legales.
Estas protestas han traído algunas consecuencias positivas para el país, como que ahora las demandas sociales no han sido confrontativas, debido a que han sido numerosas, espontáneas, locales y han generado una forma especial de resistencia pacífica, que vincula la distracción y la protesta, solo en algunos casos, han habido actos violentos.
A estas manifestaciones si no se les da pronta solución a sus reclamos, podrán ser el detonante de un movimiento social, con lamentables consecuencias sociales y económicas para el país.
Las acciones tomadas por los funcionarios públicos en el poder han tenido como resultado, la unión de los guatemaltecos defendiendo la democracia y rechazando la corrupción, viéndose como hecho importante, como los diferentes sectores organizados y personas nos hemos quitado las máscaras, poniendo en clara evidencia nuestro pensar ante la actual crisis.
Para los que apoyan las propuestas el arma más poderosa ha sido los teléfonos celulares como medio de comunicación en las redes sociales, haciendo ver lo que consideran contrario a su pensamiento, denunciándolo.
Igualmente los que están en contra de los bloqueos, han comunicado que estos son inconvenientes, ya que dificultan la movilidad y el comercio.
Y por último es evidente que la mayoría de la sociedad, guatemalteca quiere un cambio en la conducción del país, manifestándose en el inconsciente colectivo que NO SE PUEDE SGUIR VIVIENDO BIEN, SOBRE LAS ESPALDAS DE LOS QUE VIVEN MAL.