Algunas semanas antes que se desarrollaran las elecciones del país, publicamos un artículo llamado «quede quien quede», en el mismo se planteaba que fuera quien fuera electo, éste tenía que enfrentar un sinnúmero de conflictos y problemas que dificultaría sus posibilidades de gobernar.
Pero en la primera vuelta, ¡sorpresa! Semilla es elegido por los guatemaltecos para disputar la segunda vuelta, esto trajo un problema a los políticos, a algunos empresarios y al crimen organizado, y es que vieron cómo en el escenario político había cambiado, aparecía un actor que les complicaría lo que siempre había sido de su dominio.
En esa elección el ahora presidente Arévalo nace como una esperanza, que la población al unirse y no dejarse llevar por promesas falsas, que han sumido a la mayoría de la población condiciones invivibles y vio en él, la posibilidad de tener un gobierno decente.
Esta decisión de la población de apoyar a Semilla viene de la decepción social, causada por la clase política que ha vivido de los problemas sociales que nos afectan y que han dejado una huella negativa en el desarrollo del país.
Pero la postura unificada de la población no se quedó allí, logró que en la segunda vuelta Semilla ganara con un margen significativo de votos, porque a la otra opción se le identificó como representante de la estructura política y religiosa que tanto daño ha hecho al país, el colmo fue decir que la ignorancia es el patrimonio de nuestra nación y con razón, la ignorancia es el resultado de siglos de abandono de la educación y de la salud pública y consecuencia de esto es la desnutrición de nuestra población, que al ser desnutrida sus capacidades intelectuales y físicas, están disminuidas para aprender y desarrollarse.
En respuesta los políticos desplazados lo vieron como un castigo y no quieren darse por vencidos y han iniciado una serie de acciones con las cuales se trata de desconocer y desvalorar la voluntad popular, intentando de cualquier manera mantener la posición que siempre han tenido.
Ahora con la elección del presidente Arévalo como la persona que en los próximos cuatro años, debe dirigir los destinos del país, el con un discurso consecuente sin discriminación clasista, ni étnica y con el apoyo de la juventud, mucha de ella desempleada, con conocimiento de nuestra realidad social, formada intelectualmente y entusiasmada por cambio favorable a nuestras necesidades.
Ahora se presenta un escenario para el nuevo gobernante que no es nada halagador, pues estás fuerzas políticas tradicionales, al contar con mayoría en el Congreso y en las cortes, pueden evitar cualquier iniciativa de cambio, que el nuevo gobernante desee implementar, así es que los problemas para el país apenas están iniciando.
Es acá cuando la población debe permanecer unida y vigilante para que la voluntad popular no sea manipulada, marginada y erosionada hasta verla sucumbir en manos de los mismos, el momento ha llegado, debemos de cuidar y enriquecer la oportunidad de desarrollo que siempre hemos anhelado, la unión y vigilancia siempre debe estar activadas para bloquear y dificultar todo intento de querer obstaculizar los cambios que son necesarios.
Hoy la presencia de Luis Almagro que no está, aquí de metiche, el gobierno tuvo que recurrir a la presencia externa, invitándolo a través de nuestra embajadora en la OEA, esperamos como pueblo que él sea testigo, de la entrega del poder al Presidente Arévalo y que no nos deje un problema como el de Bolivia.
Hoy más que nunca Guatemala nos necesita «UNIDOS» y el nuevo gobierno del presidente Arévalo tiene que ser apoyado y vigilado, ya que si no logra gobernar en favor del país, en poco tiempo estaremos como población frustrados y violentos.