Autor: Bryan Chacón
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Sobre el Autor: Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Rafael Landívar, cuenta con formación en liderazgo político juvenil, diplomacia y protocolo internacional. Posee acreditaciones en geopolítica, gestión pública y derechos de las juventudes en América Latina y el Caribe, reflejando su interés por los asuntos regionales y multilaterales. Destacado por su participación en la política estudiantil, demostrando compromiso con el desarrollo académico y la representación de los intereses de la comunidad universitaria.


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En un contexto internacional marcado por tensiones comerciales, disrupciones logísticas y la necesidad de resiliencia en las cadenas de suministro, el nearshoring –la reubicación de procesos productivos desde países lejanos hacia regiones más cercanas al mercado final, especialmente Estados Unidos– se ha convertido en una tendencia económica clave. Guatemala se presenta como un actor con un potencial significativo para capitalizar esta oportunidad, gracias a su ubicación estratégica, acceso a los océanos Atlántico y Pacífico, y acuerdos comerciales como el DR-CAFTA que facilitan la exportación de productos hacia el mercado estadounidense.

El país cuenta con una población mayoritariamente joven y capacitada, adaptable a industrias manufactureras, tecnológicas y de servicios, lo que le otorga ventaja competitiva frente a otros destinos en la región. Además, Guatemala ha desarrollado capacidades en sectores como textiles, agroindustria y manufactura ligera, incluyendo dispositivos médicos y servicios empresariales, lo cual diversifica su base productiva y aumenta su atractivo para la inversión extranjera. Esta combinación de factores posiciona al país como un posible hub regional en el marco del nearshoring, donde la eficiencia logística y la proximidad al mercado estadounidense se convierten en elementos decisivos para atraer capital.

No obstante, el país enfrenta desafíos estructurales que podrían limitar su competitividad, si no se abordan de manera estratégica. La infraestructura logística aún presenta deficiencias importantes: carreteras, puertos y transporte ferroviario no siempre garantizan la eficiencia necesaria, y el Logistics Performance Index 2023 del Banco Mundial ubica a Guatemala en el puesto 88 de 139 países, con una puntuación de 2.6 sobre 5. Además, los costos energéticos, con un precio promedio de $142.43 USD/MWh en 2023, se encuentran por encima de algunos competidores regionales, mientras que la violencia, la corrupción y la burocracia continúan siendo factores que desincentivan la inversión en sectores de alto valor agregado.

El contexto regional también plantea presión competitiva. México lidera el nearshoring hacia Estados Unidos, aprovechando su frontera terrestre y el T-MEC, mientras Costa Rica ha consolidado su reputación de estabilidad política y desarrollo tecnológico, atrayendo a empresas como Intel y Amazon. República Dominicana y Honduras compiten con incentivos fiscales y zonas francas para atraer inversión en textiles y manufactura ligera. En este escenario, Guatemala necesita políticas claras y estratégicas para no perder oportunidades frente a estos actores regionales.

Si se aprovecha correctamente, el nearshoring podría significar un impulso notable para la economía guatemalteca. La inversión extranjera directa (IED) alcanzó $1.69 mil millones en 2024, un incremento del 5% respecto al año anterior, lo que evidencia el interés de los inversionistas en el país. Esta tendencia puede traducirse en generación de empleo formal, capacitación de talento local y aumento de la recaudación fiscal mediante mayor actividad productiva y exportadora. Sin embargo, un manejo inadecuado podría concentrar los beneficios en pocas zonas y aumentar la dependencia del mercado estadounidense, dejando al país expuesto a cambios externos en política comercial.

Para consolidar su posición, Guatemala requiere una estrategia integral que incluya modernización de puertos y carreteras, simplificación de trámites, fortalecimiento de la seguridad jurídica, formación técnica alineada a las demandas industriales y la creación de incentivos fiscales competitivos frente a la región. Solo con una visión coordinada y proactiva podrá el país aprovechar la transformación estructural que el nearshoring representa en la economía global.

En conclusión, el nearshoring representa una transformación estructural del comercio global y ofrece a Guatemala una ventana de oportunidad única para posicionarse como un hub regional, incrementar la inversión extranjera y fortalecer sectores estratégicos de la economía. El éxito dependerá de la capacidad del país para abordar sus retos internos y competir de manera efectiva con otros Estados de la región.

 

 

 

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