Marcela Tornoé Oliva
Con la llegada de la temporada seca, el país enfrenta un alto riesgo de incendios en vertederos, una problemática que quedó en evidencia el 11 de abril de 2024, cuando el basurero de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y el Lago de Amatitlán (AMSA) ardió durante varios días y causó intensas nubes de humo que afectaron a miles de guatemaltecos, generando una crisis ambiental y de salud.
El domingo 11 de abril de 2024, un incendio se desató en el vertedero de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y el Lago de Amatitlán (AMSA), ubicado en el kilómetro 22.5 de la Carretera al Pacífico, en Villa Nueva. Las llamas se extendieron durante varios días y provocaron una densa nube de humo que cubrió gran parte de la Ciudad de Guatemala, afectando a miles de personas y generando una crisis ambiental y de salud. Además, el fuego impactó más de 1,000 toneladas de basura provenientes de 17 municipalidades que se almacenaban en el vertedero, según datos de AMSA. El desastre evidenció la vulnerabilidad del país ante estos siniestros y la falta de preparación para enfrentarlos.
Con la llegada de la temporada seca y el riesgo latente de nuevos incendios, la pregunta que persiste es si Guatemala está lista para enfrentar otra catástrofe de esta magnitud en 2025.
Los incendios en los vertederos son multicausales. Uno de los factores principales son las altas temperaturas que surgen en la época seca, lo que puede hacer que los residuos acumulados alcancen temperaturas críticas, facilitando su combustión.
Durante el ciclo 2023-2024, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) registró 1,392 incendios durante la época seca en todo el país. Este número refleja la creciente tendencia de incendios en distintas regiones de Guatemala, lo que aumenta el riesgo de siniestros similares al de AMSA, comenta Brandon Godínez, oficial de resiliencia climática en UNICEF Guatemala.
Casi un año después de la catástrofe, la inquietud sobre una posible repetición del desastre persiste, expresó Javier Antonio González, vecino de la localidad de Villanueva: “Creo que por cómo se maneja es muy probable que vuelva a suceder”.
El Viceministerio de Recursos Naturales y Cambio Climático publicó el 19 de julio de 2024 la «Guía de criterios para la formulación del Plan de Emergencia y Contingencia», que establece la necesidad de contar con planes de gestión de emergencias y sistemas de seguimiento eficientes. Esta guía recomienda el uso de sensores de detección temprana de incendios, cámaras de vigilancia, monitoreo regular de la calidad del aire y agua, e implementación de protocolos de seguimiento continuo de las condiciones ambientales que puedan aumentar el riesgo de incendios. El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) ha reforzado las regulaciones para la gestión de vertederos en el país. Según el Acuerdo Gubernativo 164-2021, emitido en septiembre de 2024, todos los vertederos deben contar con un plan de prevención de incendios que incluya: Zonas de seguridad, monitoreo ambiental, capacitación del personal y protocolos de respuesta rápida.
Además, se han establecido sanciones económicas para los vertederos que no cumplan con estas regulaciones, incluyendo multas de hasta Q500,000 y la suspensión temporal de operaciones.
Según Juan Laureano, portavoz de la Secretaría Ejecutiva de la CONRED, se han implementado medidas para mitigar el impacto de futuros incendios. “Este año hemos iniciado una campaña de concientización y acción, que incluye la distribución de videos en las redes sociales de la organización y spots en las radios nacionales, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la importancia de prevenir incendios”, aseguró Laureano.
Los vecinos cercanos a AMSA expresan su preocupación a pesar de todas estas medidas “Con el incendio, era muy dificultoso respirar, era una cuestión insostenible… Desde el covid quedé con sensibilidad en la garganta y soy muy propensa a problemas respiratorios”, compartió María Renee Córdova, vecina de la colonia Ulises Rojas, ubicada en la zona 3 de Villanueva. “El incendio de AMSA agravó la situación al punto que tuve que ir al médico porque no podía hablar”.