Jóvenes por la Transparencia

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Joselyn Janira Sián Choc
Profesora en Educación Primaria Intercultural  
Instagram: @joselynsiian
Correo: sianjoselyn@gmail.com 
fcccmarcodeaccion@gmail.com

 

La educación es un pilar fundamental para la transformación de un país, porque a partir de ella se forman ciudadanos conscientes y consecuentes, con pensamientos divergentes que buscan su desarrollo personal, profesional y social. Sin embargo, el país atraviesa por diferentes obstáculos que no permiten que la finalidad educativa se lleve a cabo.

Desafortunadamente, en pleno siglo XXI, justo a unos meses de terminar el ciclo escolar 2024, los estudiantes cursantes de sexto primaria siguen atravesando una realidad crítica y preocupante, ya que su acceso a la educación básica y diversificada se ve únicamente como un anhelo más.

Como país, cómo esperamos trascender si aún no se invierte lo suficiente en educación, sobre todo en la educación gratuita. 

A medida que la sociedad se actualiza cobran más notoriedad las deficiencias en nuestro sistema educativo público en el área rural. Únicamente con visualizar la infraestructura de los centros educativos nos damos cuenta que no está adecuada para recibir a estudiantes con necesidades educativas especiales, y que tampoco cuenta con equipo tecnológico para estar a la vanguardia de lo que exige la actualidad, incumpliendo con competencias primordiales para su desarrollo. 

Estas limitantes en cuanto al acceso a la educación media y diversificada han orillado a los niños, jóvenes y adultos a aceptar su realidad y dedicarle tiempo completo a sus trabajos agrícolas, justo como lo hicieron sus padres después de haber cursado sexto primaria, ocasionando que no surjan en ellos pensamientos futuristas que estén ligados a su desarrollo personal. Por esto mismo, viven en una resistencia a los cambios y prevalecen en ellos los pensamientos retrógrados en los que existe el incumplimiento de su derecho a la educación y solo hablamos de los niños. Ahora, ¿qué sucede con las niñas? Se les asigna tareas domésticas, sobre todo cuidar a sus hermanos más pequeños hasta que consigan una pareja con la que formarán una familia a temprana edad, en la que lamentablemente no tendrá voz y voto.  

Sí, suena muy fatalista, pero esta es la realidad por la que la población atraviesa en una de las muchas aldeas de Sacatepéquez. Sé que se preguntarán, entonces ¿qué hace el docente? El docente gestiona, apoya y enseña esperando que los frutos de su trabajo se vean reflejados, pero las barreras económicas, sociales y culturales siguen siendo de los desafíos más grandes para la transformación social.

Es necesario invertir y velar por el crecimiento educativo en las áreas rurales, sobre todo las más vulnerables, porque todos tenemos derecho a superarnos, a seguir y conseguir nuestros sueños, sin importar nuestra condición social. Todos tenemos la oportunidad de ser escuchados, de proponer y de ser miembros de entidades como el consejo comunitario de desarrollo, sin importar el género o la religión. 

Una buena inversión educativa promete alcances significativos no solo para una comunidad determinada, sino que se proyecta a nivel nacional, con el incremento de profesionales en varias ramas y ciencias. De igual manera, se proyecta en la reducción de la pobreza, en las prácticas de salud más responsables, que buscan una buena calidad de vida, y que buscan  cerrar la brecha marcada entre las zonas urbanas y rurales.

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