Autor: Luis Pablo San José Gómez
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Biografía: Luis Pablo San José, economista, director de Investigación en el Consejo Nacional Empresarial. He realizado estudios orientados a integración regional, remesas, mercado interno y presupuesto. Considero que el verdadero desarrollo económico de Guatemala es posible cuando se sale de discursos ideológicos y se trabaja incluyendo a todos los sectores.
En varias ocasiones has escuchado, leído o hablado de la necesidad de mejorar las condiciones para alcanzar un desarrollo económico en Guatemala. La falta de ciertas normativas y metas claras para lograr este objetivo genera una laguna significativa que limita la capacidad del país. Si bien un conjunto de leyes u objetivos no hará que el país se transforme automáticamente, sí sentará las bases para un verdadero desarrollo; siempre y cuando se mantenga una visión global que no responda únicamente a intereses económicos tradicionales.
La necesidad de una ley de competencia
Una ley de competencia es imprescindible para garantizar un mercado libre y eficiente, evitando prácticas anticompetencia que afectan tanto a los consumidores como a las empresas. Sin una normativa de este tipo, el país corre el riesgo de enfrentar oligopolios, cárteles y diversos acuerdos que limitan las opciones de compra y mantienen los precios por encima del valor de mercado.
Alrededor del mundo, estas normativas aseguran mercados accesibles, libres y equitativos, permitiendo la entrada de diversas empresas y protegiendo a los consumidores de prácticas abusivas y desleales. En Guatemala, se mantiene un vacío que podría estarse aprovechando por actores económicos sin escrúpulos, generando un entorno de negocios poco competitivo y nada atractivo.
Recuperar la discusión técnica es primordial
Recuperar la discusión técnica de esta ley es fundamental para asegurar que el proceso y la aprobación estén basados en criterios objetivos que respondan a las realidades del mercado. Una ley bien diseñada generará un entorno de competencia justa, en el que las empresas podrán operar y crecer sin enfrentarse a prácticas desleales. La falta de una discusión seria podría derivar en una normativa ineficaz, que no responda a las necesidades reales del país ni cumpla con estándares internacionales. Por ello, es necesario reactivar y mantener la discusión alejada de la desinformación y la polarización ideológica.
Uno de los aspectos más importantes que se debe considerar es la independencia presupuestaria del ente regulador. Sin autonomía financiera este podría verse influenciado por intereses particulares, comprometiendo la aplicación imparcial de la ley. Es igualmente importante no permitir prácticas absolutas bajo el pretexto de la eficiencia económica, ya que esto contradice los principios de competencia. Finalmente, ningún sector o conducta debe quedar fuera de regulación, pues todos deben someterse a las mismas reglas si realmente aspiramos a un libre mercado.
Una verdadera visión de país
Para avanzar hacia una economía más competitiva y sostenible, Guatemala necesita construir una visión de país. El punto de partida puede ser la creación y aplicación rigurosa de una normativa de competencia, seguida de la constitución de verdaderas alianzas público-privadas que respondan a las necesidades actuales y funcionen con reglas claras. Este enfoque debe complementarse con programas de cumplimiento normativo (compliance) y una descentralización económica efectiva.
Las reformas deben ser incluyentes y considerar las perspectivas de diversos actores económicos, no limitándose a las organizaciones de siempre. El objetivo debe ser construir un entorno que impulse la inversión productiva, proteja a los consumidores y favorezca un crecimiento equitativo.
Un llamado a la acción
En conclusión, la aprobación de una ley de competencia podría ser el primer paso para fortalecer la economía de Guatemala. Es momento de que diputados, diputadas, empresarios y ciudadanos unan esfuerzos para constituir una normativa que impulse la libertad de mercado y beneficie al país.
Como ciudadanos debemos interesarnos más en los temas de fondo, ya que nuestra presión mediática puede lograr que estos cobren el interés necesario y así avanzar hacia una sociedad verdaderamente justa. Con una visión compartida y una acción decidida, podremos construir un futuro prometedor para Guatemala.