Meybel Amaya  / Meybel_Amaya
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De niña tenía el sueño de ser maestra, enfermera, doctora, o incluso una gran diseñadora. Pero esos sueños se convirtieron en meras ilusiones, transformándose en pesadillas, un calvario en vida.

Y mi historia así comienza…

Un día, un hombre me robó la inocencia, violentando mi cuerpo y destruyendo un proyecto de vida que había construido con tanto amor. Su acto cruel dejó cicatrices profundas en mi cuerpo y en mi corazón, además de afectar gravemente mi salud. Ahora, enfrento un tratamiento médico de por vida, cuyo costo era inalcanzable debido al elevado precio de las medicinas.

El caro precio de las medicinas.

Con gran temor, busqué ayuda porque no podía soportar el dolor emocional que me atormentaba. Me aconsejaron presentar una denuncia para que el hombre que me hizo tanto daño enfrentara la justicia. Así lo hice, pero lo que siguió fue un largo calvario de tormento, angustia, desesperación y amenazas que casi me llevan al suicidio.

A pesar de todo el sufrimiento, la justicia nunca llegó…

Después de 14 años, me pregunto: ¿Qué estoy buscando? ¿JUSTICIA? No, no solo busco eso. ¡Busco una reparación digna para todas las niñas que han pasado por lo mismo!

Porque esa niña, ¡ESA NIÑA SOY!

Ahora, es responsabilidad del Estado encargarse de este proceso y proporcionar una solución adecuada. Aunque sabemos que el sistema puede ser complejo y desafiante, percibo un rayo de justicia al final del túnel: una escalera que podría marcar el inicio de esta justicia. Así surge la Reforma a los artículos 173 y 173 bis.

Finalmente, mi justicia ha llegado.

En Guatemala, la justicia para las niñas violadas ha sido un camino sombrío, en el que no solo abogamos por ellas, sino también por los niños que sufren violencia. Tanto ellos como ellas son víctimas supervivientes de abusos inaceptables.

Este es solo el comienzo. Es crucial buscar una reparación digna para que la reforma propuesta al honorable pleno sea implementada en todas sus facetas. Han pasado más de 50 años sin que esta realidad se haya convertido en una prioridad presupuestaria en Guatemala.

Hoy, las víctimas supervivientes merecen reparar sus proyectos de vida. Por eso, una reforma urgente en la legislación es el primer paso necesario para cambiar la historia de Guatemala.

En busca de una solución legal para mitigar esta problemática, el diputado Raúl Barrera ha liderado una mesa interinstitucional y multisectorial, apoyada por diversos diputados de diferentes bancadas. Este esfuerzo recopila opiniones de distintos sectores para reformar los artículos 173 y 173 bis del Código Penal de Guatemala, que abordan los delitos de violación y agresión sexual.

La propuesta específica es elevar la edad mínima de consentimiento para actos sexuales de 14 a 18 años. Durante las cuatro mesas de diálogo realizadas, se han examinado aspectos sociales, legales, psicológicos, culturales y políticos que afectan la modificación de esta edad, con el objetivo de presentar una propuesta sólida, respaldada por todas las instituciones involucradas.

Esta iniciativa no solo tendrá legitimidad social e institucional, sino que también se fundamenta en los criterios recopilados durante el proceso de consulta, que se incorporarán al borrador y al texto final que se presentará al Honorable Pleno del Congreso.

Es esencial llevar a cabo una campaña masiva de información sobre la iniciativa, tanto antes como después de su aprobación, para prevenir futuros casos de abuso. Además, se debe considerar un aumento en el presupuesto para las instituciones que atienden a menores, con el fin de fortalecer su capacidad para abordar este problema de manera efectiva y brindar soluciones concretas a las víctimas.

Para los responsables de la toma de decisiones, esta reforma representa una oportunidad para reducir significativamente la incidencia de estos delitos a corto, mediano y largo plazo, abordando sus causas y efectos de manera integral. Esta propuesta no solo es necesaria, sino también viable y está alineada con los estándares internacionales de Derechos Humanos y la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, que buscan proteger de manera efectiva y responsable a la niñez y adolescencia.

Conclusión:

Por primera vez en nuestro país y en Latinoamérica se llevará a cabo una reforma. de esta magnitud, respaldada por el apoyo de los estándares internacionales que garantizan la protección óptima de nuestros niños, niñas y adolescentes. Es esencial que Guatemala implemente mecanismos de defensa penal y adopte una legislación transformadora. La reforma de los artículos 173 y 173 bis del Código Penal marca el inicio de un camino hacia una justicia más efectiva.

El cambio comienza aquí.

*El relato de la historia es la recopilación de una joven, que hoy busca justicia y que hoy para ella es una realidad.*

Y sobre todo…

Es por cada niña, cada niño adolescente que buscaron justicia y nunca llegó…

La reforma es para ustedes.

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