Jóvenes por la Transparencia

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Lisa Marie Villela 
X: @lisixmariev
lisavillela02@gmail.com 

A mediados de la década de los 70, Singapur se enfrentaba a la realidad de que su aeropuerto Paya Lebar no podría manejar el flujo de pasajeros y aviones por mucho más tiempo. El aeropuerto contaba con una única pista de aterrizaje y era evidente que el país necesitaría un aeropuerto con al menos dos. Paya Lebar se encontraba en el medio de la ciudad, por lo que expandir el aeropuerto requería rellenar un río y desalojar a cientos de familias; la limitación del espacio sería un problema difícil de resolver. 

El entonces primer ministro de Singapur, Lee Kuan Yew, visionario y decidido, descartó la propuesta de expandir Paya Lebar e impulsó la construcción de un nuevo aeropuerto fuera de la ciudad. El costo estimado de construcción del nuevo aeropuerto en Changi era de $1.5 mil millones, una inversión ambiciosa y costosa que Lee consideraba la mejor opción a largo plazo. Los trabajos comenzaron en junio de 1975 y el aeropuerto se inauguró en julio de 1981. Apenas siete años luego de su apertura, en 1988, Changi fue nombrado el mejor aeropuerto del mundo por la revista Business Traveller UK, luego de ser nombrado como el segundo mejor por cuatro años. 

Hoy, el aeropuerto Changi es una muestra viviente de lo que una visión a largo plazo puede lograr. 29 veces, entre 1991 y 2023, ha sido nombrado el Mejor Aeropuerto del Mundo por la revista Business Traveller USA. El año pasado registró 58.9 millones de movimientos de pasajeros, cuenta con cuatro terminales y una línea de transporte en común que conecta al aeropuerto con la ciudad. El aeropuerto da una cálida bienvenida a los extranjeros y nacionales, con un camino hacia la ciudad que ha sido diseñado para ser acogedor y mostrar lo mejor de Singapur. Desde su apertura, Changi se ha convertido en un hub internacional de viajes y ha cimentado la reputación de Singapur como un país moderno y abierto al comercio. 

En Guatemala, la situación del Aeropuerto Internacional La Aurora es cada vez más grave. El aeropuerto se encuentra en condiciones deplorables y ofrece una triste bienvenida a quienes ingresan al país. La Aurora refleja una falta de inversión y planificación a largo plazo con una infraestructura que parece desmoronarse, falta de aire acondicionado, elevadores fuera de funcionamiento y servicios insuficientes. Estas condiciones no solo afectan la funcionalidad del aeropuerto, sino que también proyectan una imagen negativa de Guatemala al mundo. 

El pasado 18 de junio de 2024, el presidente Bernardo Arévalo anunció la decisión de lanzar una licitación para una alianza público-privada (APP) para el Aeropuerto Internacional La Aurora. Esta alianza ofrece la oportunidad de transformar el aeropuerto, atrayendo inversión y experiencia técnica para modernizar la infraestructura y mejorar los servicios. 

Guatemala busca posicionarse como un hub regional comercial, turístico y de negocios, y para alcanzar esto necesita un aeropuerto de primer nivel que ofrezca una primera impresión favorable para los pasajeros. Más allá de los visitantes extranjeros, un aeropuerto de primer nivel también beneficia a los guatemaltecos que viajan, brindándoles una experiencia digna al regresar a su país. 

Para alcanzar esto, es esencial tener una visión a largo plazo del tipo de Guatemala que queremos construir. Más allá de soluciones temporales y de corto plazo, debemos considerar qué tipo de aeropuerto queremos que Guatemala tenga en 15, 30 o incluso 50 años. La APP parece ser el primer paso en el camino correcto para renovar y modernizar la infraestructura del país. Atrevámonos a soñar en grande, a creer en el potencial del país y a hacer realidad el aeropuerto que Guatemala merece.

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