Autor: Luis Pablo San José Gómez
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Biografía: Luis Pablo San José, economista, director de Investigación en el Consejo Nacional Empresarial. He realizado estudios orientados a integración regional, remesas, mercado interno y presupuesto. Considero que el verdadero desarrollo económico de Guatemala es posible cuando se sale de discursos ideológicos y se trabaja incluyendo a todos los sectores.


 

Introducción:

En un contexto de competencia económica, las prácticas absolutas se refieren a comportamientos considerados anticompetencia por sí mismos. Esto quiere decir que siempre deben verse como ilegales y no es posible evaluar sus efectos.

Dentro de estas podría mencionar la colusión, la fijación de precios, los carteles y el reparto de mercados. Parecen términos confusos por lo cual explicaré lo que significa cada uno.

¿Qué se entiende por colusión?

La colusión es un acuerdo entre empresas competidoras de un mismo mercado que se unen para fijar precios, repartir el mercado y bloquear el ingreso de nuevos competidores. Por lo general, ocurre entre dos empresas muy grandes. Los carteles son acuerdos más formales entre dos o más empresas que tienen pactos explícitos para fijar precios, repartir mercado por área geográfica o por segmento de cliente.

Estas prácticas en muchas ocasiones dan como resultado la fijación de precios que es cuando se acuerda un máximo o mínimo para productos y servicios, esto causa una distorsión del mercado. Lo que a los consumidores les podría afectar con precios artificialmente altos en ciertos productos. Esta práctica también se podría utilizar para eliminar a competidores más pequeños.

El reparto de mercados se da cuando las empresas acuerdan no competir en ciertos territorios o segmentos, asegurando su dominio en esas áreas. De igual forma, se atenta contra la libertad de los consumidores al dejarles pocas o ninguna alternativa.

Con todo esto en mente es necesario hacer una reflexión…

Guatemala, al igual que otros países, podría estar enfrentando ciertos desafíos relacionados a estas prácticas. Al no contar con una normativa esto podría continuar sin sanciones efectivas que las eviten. Lo cual significaría que la eficiencia, la libertad y la equidad del mercado siga comprometida.

Es necesario y primordial que se busque la aprobación de una ley de competencia robusta que se adapte a los estándares internacionales, creando una autoridad que pueda investigar estas prácticas y sancionar las mismas. Creando así la cultura de competencia tan necesaria en nuestro país.

En conclusión,“si de verdad queremos un libre mercado es necesario combatir las prácticas absolutas y otras conductas anticompetencia”. 

Es por ello que la aprobación de una ley de competencia en Guatemala tiene el potencial de transformar y modernizar el entorno económico del país. Esto beneficiaría a productores y consumidores. Necesitamos que los tomadores de decisión actúen de manera correcta y decidan con respaldo técnico para implementar esta tan necesaria legislación.

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