Autor: Luis Pablo San José Gómez
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Biografía: Luis Pablo San José, economista, director de Investigación en el Consejo Nacional Empresarial. He realizado estudios orientados a integración regional, remesas, mercado interno y presupuesto. Considero que el verdadero desarrollo económico de Guatemala es posible cuando se sale de discursos ideológicos y se trabaja incluyendo a todos los sectores.
En los últimos meses, en Guatemala se ha vuelto a debatir intensamente sobre la necesidad de aprobar una Ley de Competencia. Algunos se oponen a esta iniciativa argumentando que podría ser un ente que regule la economía y las empresas. Sin embargo, creemos que la aprobación de la Ley de Competencia es un paso crucial para el desarrollo económico de Guatemala y podría beneficiar a todos los guatemaltecos. Un marco regulatorio en esta materia es el primer paso para la construcción de una cultura de competencia.
Un mercado puede tener fallas como la capacidad de satisfacer la demanda de bienes y servicios no rentables. Es por eso que se requiere de una intervención con la prestación de bienes y servicios públicos. Ocurre lo mismo con las externalidades negativas, las cuales surgen luego de generar una acción productiva. Como pueden ser el uso no sostenible del agua, la deforestación o la contaminación del aire. Para estas situaciones se puede intervenir por medio de políticas públicas que eviten sus efectos negativos. Como podrá ver, en varias ocasiones es necesario que exista alguna intervención pública orientada a tener un marco normativo que evite un descontrol, afectación o limitación de ciertos bienes.
En esta misma línea, existen otras fallas que afectan la economía de un país y limitan, hasta cierto punto, a sus habitantes el acceso a productos y servicios de calidad a precios nada competitivos; como es el caso de la colusión, fijación de precios o la exclusividad. Las tres anteriores o cada una por separado afectan la eficiencia de un mercado y limitan la competencia de manera ilegal. En Guatemala no somos ajenos a este tipo de prácticas.
Podríamos mencionar el gas propano. Dos empresas controlan el 81% del mercado en el país. Esto les da un poder de decisión sobre los precios de este bien que afectaría a muchos guatemaltecos, pues aproximadamente el 44% de los hogares lo utiliza para cocinar. Otro caso podría ser el combustible en el que tres empresas controlan el 80% del mercado de importación. Esta concentración junto con prácticas que incluyan la venta al por menor de este bien, puede influir en la fijación de precios y no permitir una sana competencia por captar consumidores.
Así como estos podríamos mencionar otros ejemplos en productos que afectan el bolsillo de los guatemaltecos como el caso de la pasta, el pollo, el arroz y la azúcar. Estos podrían tener una concentración de mercado considerable que podría catalogarse como prácticas anticompetitivas. Como fiel creyente de que un verdadero libre mercado puede generar un crecimiento económico sostenible, aumentar la innovación, mejorar la productividad y la creación de empresas, considero que la Ley de Competencia podría ser el primer paso que nos llevará a iniciar una modernización de la gobernanza económica.
La Ley de Competencia y una posible superintendencia juegan el papel de un árbitro que verificará que las reglas del juego sean aplicadas para todos los jugadores; un mercado sin barreras de entrada o salida, evitando la fijación de precios o las licencias de exclusividad puede facilitar las condiciones de las empresas. ¿Cómo puede ser esto posible? Al no existir posibilidades de generar acuerdos o segmentaciones de mercado. La lucha por los clientes estará orientada a ofrecer servicios de más calidad, eficiencia en los procesos de operaciones, innovación y desarrollo. Todo esto permitiría precios más competitivos o de mercado. Tendríamos más por menos dinero. Un mejor clima de negocios y mayor libertad de consumo. Con esto en mente te pregunto ¿Es la Ley de Competencia una oportunidad para fortalecer la economía?
Desde el Consejo Nacional Empresarial creemos que es necesario continuar abordando el tema de la Ley de Competencia. Nuestro trabajo se orienta a brindar herramientas y datos a los tomadores de decisión por medio de capacitaciones y talleres, con el fin de presentar los beneficios de comenzar a contar con leyes y reglamentos que permitan verdaderas condiciones de mercado.
Adicionalmente, el tema no debe quedarse en el aire. Retomemos la discusión técnica para crear los cambios estructurales que beneficiarán a Guatemala en todos los aspectos posibles. Es por ello que la Ley de Competencia es un tema que no debe opacarse por la coyuntura actual de nuestro país.