Por: Norah Sophia Bolivar
Estudiante de Ciencia Política y Periodismo
Ganó la esperanza, ganó la lucha, ganó la revolución frente a un Estado corrupto y cooptado. Ganó la primavera, una vez más. Después de tantos años. Los gobiernos de Árbenz y Arévalo Bermejo, hoy en día, están marcando un precedente histórico para las generaciones venideras, para nosotros, quienes estamos en el presente y celebramos al próximo presidente del país, a la democracia.
Porque cada uno desde sus luchas sabe cuánto ha peleado por ser quién es y estar donde está. E independiente a ello, seamos conscientes, hay más detrás de nuestro escritorio, de nuestra computadora, teléfono, del “smartphone” que todo lo sabe. Nuestra sociedad agoniza, nuestra institucionalidad caduca y, cada vez más, la democracia se ve golpeada. Mucho de ello, culpa de esta gubernatura corrupta.
Hoy es un triunfo, pero no cantemos victoria; aún no. El primer paso está dado. El pueblo ya eligió, pero los corruptos no se van a quedar sentados. Han sido más de 200 años de saqueo, en los que ni la autonomía de la magna y única universidad pública ha sido respetada. Años en los que nuestros niños no han sido educados como merecen, ni nuestros enfermos atendidos con dignidad en los hospitales públicos. Nuestras niñas han sido violadas y familias masacradas. Cada uno tiene su historia. Y no es justo, que, por el privilegio de unos pocos, la mayoría vivamos en miseria, en pobreza.
Tengo un sentir muy personal, con fe en que se vienen tiempos mejores para nosotros. En los que los niños no deban ser explotados en las calles de la ciudad. Tiempos en los que las familias tengan acceso a servicios básicos, y las personas no tengan que trasladarse durante tres horas a pie hacia la carretera más cercana. Tiempos en los que la corrupción del gobierno se sacie y extermine, y para todos los ciudadanos de a pie, nos alcance. Porque al fin, tendremos un presidente y una vicepresidenta que dignifique las luchas de nuestra apaleada Guatemala.
Alcemos la voz y peleemos por lo que queremos. La ignorancia no es parte de la riqueza cultural de nuestro país. Este malvivir no es normal. Recuperemos nuestra soberanía. Tengamos libertad y dignidad desde lo colectivo, pero empecemos por lo individual. Construyamos juntos una sociedad en la que todos quepamos, hagamos consciencia, construyamos gobierno, Estado… Reconstruyamos Guatemala.
Recuperemos aquella unidad que en algún momento nuestros ancestros tuvieron, reivindiquemos y soñemos. No es cuestión de uno, ni de dos, el poder está en las calles, en nuestros pueblos y ciudades. En nosotros, que enfrentamos a esta jungla de podridos y vendidos. Démonos la mano y caminemos, porque juntos somos más fuertes y valientes.
“…Ya me cansé de llevar tus lágrimas conmigo.
Ahora quiero caminar contigo, relampagueante.
Acompañarte en tu jornada, porque soy un hombre
del pueblo, nacido en octubre para la faz del mundo.
Ay, patria,
a los coroneles que orinan tus muros
tenemos que arrancarlos de raíces,
colgarlos de un árbol de rocío agudo,
violento de cóleras de pueblo.
Por ello pido que caminemos juntos. Siempre
con los campesinos agrarios
y los obreros sindicales,
con el que tenga un corazón para quererte.
Vámonos patria a caminar, yo te acompaño.”
(Castillo O. 1965)