Mariana Molina
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“¿Por qué es importante que vote?” “¿Para qué votar si son todos iguales?” “Mi voto no hará el gran cambio”, estas y muchas otras frases más seguramente nos han pasado por la mente y a muchas de las personas que conocemos y con las que convivimos. El actual proceso electoral está lleno de interrogantes, sobreinformación, dudas sobre el proceso y sobre las personas que buscan obtener un cargo público. Una confusión que cae toda en manos de la ciudadanía.
Con este artículo no busco hacerte elegir un bando ni que confíes ciegamente en el sistema, más bien busco darte una buena razón para que este 25 de junio te dirijas a un centro de votación y te hagas escuchar. También busco que el panorama electoral comience a ser un tema constante en tus conversaciones diarias, busco que cuestiones el sistema y te informes para poder resolver tus dudas y cuando votes lo hagas sabiendo lo que tu voto representa. Diciéndolo honestamente, un sólo voto no cambiará el curso del país, pero el dialogar sobre el tema en nuestros círculos sociales sí hará la diferencia. Hablar es el primer paso para informarnos y crear conciencia sobre la importancia que tiene, no solo a nivel país, sino para cada una de las personas que lo habitamos, a las que nos afectarán las decisiones que tomen las personas elegidas.
¿Cómo te convenceré? Sencillo, quiero que pienses en tu voto no como un deber hacia el Estado o hacia el país, sino como algo que te beneficiará a ti, a tu familia, a tus amistades. Al estar en un país con leyes comunes para toda la población, todo nos llega a afectar de forma directa o indirectamente: la subida de combustible te afecta al momento de salir de tu casa y tener que recorrer grandes distancias, el aumento de granos básicos te afecta si compras tu propia comida o la de tu familia. Todo es un ciclo que nos repercute a todos y todas.
Ahora bien, ¿Qué tiene que ver esto con que sea importante que tú votes? Te lo planteo de la siguiente forma: popularmente, se ha dicho que se necesitan 21 días para crear un hábito, pero para poder llegar a esos 21 días es necesario dar un primer paso un primer día. Asemejándolo al proceso de votar, no lo veas como algo que debes hacer cada 4 años porque así te lo han enseñado o impuesto, velo como ese primer día que hará que se genere en ti y a tu alrededor un interés por lo que acontece en el país y que tendrá beneficios directos en tu vida.
Ejemplifiquemos, si quieres adquirir el hábito de leer más, usualmente, es recomendable comenzar por lecturas pequeñas, ligeras y que sean de tu interés para ir, progresivamente, variando de contenido y aumentando la cantidad de libros. Lo mismo pasa cuando nos involucramos y activamos nuestra participación e interés en nuestro rol de ciudadanos y ciudadanas, el primer paso es votar. El segundo paso será cuando leas una noticia sobre la persona a la que decidiste darle tu voto, con acciones que a tu parecer sean buenas o malas, y te genere interés o deseo que esta persona dirija sus decisiones a beneficiarte, a garantizar tu seguridad o desarrollo como persona.
El primer paso es votar porque provocará un vínculo que hará que a la próxima que veas una mala acción decidas que no apoyarás más a esta persona o partido político. Pero acá viene una parte importante que está completamente en tus manos, puedes sentirte responsable y tomar acción de informarte sobre las decisiones que se están tomando o tener un total desinterés. El vínculo estará, pero tú decides de qué forma tomarlo. ¿Mi consejo? Enfádate, indígnate, pero también actúa, sino te gustaron los resultados, busca formas de participar desde tu comunidad. Recordemos que la mayor apertura a generar cambios se puede hacer desde nuestro vecindario.
Toma el participar en las elecciones emitiendo tu voto como un proceso para generar interés sobre lo que pasa en nuestro país y que a la próxima que realicen una reforma o quieran crear una nueva política sepas identificar en qué te beneficia o afecta, quiénes tienen el poder de hacerlo posible y por medio de cuáles mecanismos puedes impulsar o frenar el proceso. Ya no necesitarás que un diputado o presidente te diga lo que es bueno para ti y lo que no, porque lo sabrás. Como indica Cortina. A. (2013). “Las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida nos permiten adquirir ciertos hábitos, que se tornan virtudes o vicios según su naturaleza.” En nuestras manos está nuestro futuro y el del país. Nos guste o no vivimos en un sistema en el que cada cambio mínimo nos afecta, pero también la más mínima acción puede mejorarlo.
Entonces respondamos ¿Por qué es importante que vote? Ahora puedes responder fácilmente, porque votando daré el primer paso de un proceso que me permitirá estar más informado o informada, participar con mayores conocimientos, opinar y proponer cambios positivos para mí y para los que me rodean. Un proceso que es cíclico en el que obtendré beneficios, porque votando lograré desde el primer día adquirir el hábito de ser una persona más consciente y capaz de guiar y proteger mi futuro. Porque votando el 25 de junio tomaré la decisión, no solo de a quienes quiero transferir el poder de decisión que tengo como habitante de un país, sino que también adoptaré virtudes que me harán adquirir el hábito de ser parte de una verdadera ciudadanía.
Referencias:
Cortina. A. (2013). ¿Para qué sirve realmente la ética? Editorial Paidós.