Pablo Velásquez
Estudiante de derecho en la Universidad de Tübingen, Alemania. Aficionado de la historia, política y filosofía. Partidario por la democracia y la unión latinoamericana.
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Comencé a ponerle atención a la existencia del Parlamento Centroamericano (Parlacen) al principio de mi vida como ciudadano, en ese transitorio espacio entre colegio y universidad allá por el 2019 y 2020. En esos años se dio el enfrentamiento entre el por aquel entonces presidente de la República, el señor Jimmy Morales y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Recuerdo que mucho del debate se centraba en una cuestión de “soberanía nacional” contra “anticorrupción” y gran parte de la ciudadanía tenía una opinión bastante definida. Es en este contexto que el Parlacen aparece mencionado, principalmente como un método de escape de Morales a un tiempo extra de inmunidad, otorgado de forma automática por su puesto como expresidente.
El Parlacen es visto como un organismo negativo, y sus críticas varían desde su corrupción a su inutilidad y algunos más radicales lo presentan con un fallo de fondo, con una idea e intención utópica, impráctica y en conflicto con los intereses nacionales. Por eso muchos postulaban que su disolución sería una ganancia neta y absoluta. Sin embargo, considerando un par de puntos, es posible cambiar la perspectiva que se tiene de forma errada sobre esta entidad.
En cuanto al caso de la corrupción, esta es imposible negarla. Sin embargo, esta no pertenece exclusivamente al Parlacen, sino que es un reflejo de la política regional, por lo cual argumentar que su existencia no es justificable por este punto sería lo mismo que argumentar que nuestros Estados, igualmente plagados por la corrupción, deberían ser abolidos. La solución pasa por un proceso de reforma, conducido por nuevos integrantes de la política. Un enfoque importante para este sentimiento de transformación podría ser el cambio del Artículo 2, sección b, sobre la participación automática de presidentes tras su mandato. Quizá podría cambiarse para que el representante sea el presidente de turno, un representante presidencial o quizá que se pierda la inmunidad otorgada. El espíritu es perseguir los fines descritos en el Artículo 6, secciones f y g, sobre temas de derecho internacional y la consolidación de un “sistema democrático, pluralista y participativo”.
En cuanto a temas de inutilidad, es una combinación de la corrupción previamente mencionada, la incapacidad de la ejecución de planes más reales debido a la falta de poder y un poco también al desconocimiento. Si uno va a la página del Parlacen es posible ver proyectos concluidos y otros temas en discusión. De importancia a nivel regional está la propuesta de un Roaming sin costo, homologación de títulos o la construcción de un ferrocarril de nivel regional, junto a otros temas tratados como migración, protección de ciertos derechos humanos e incluso respuesta regional a la crisis del coronavirus. Explorar otros proyectos nos permitiría comprender la importancia de este organismo.
Finalmente, para aquellos que argumentan en contra de una integración regional y defienden líneas más nacionalistas, me encantaría hacer un pequeño repaso del pasado y ver cómo estos puntos colisionan. Podemos observar todo el período de la colonia española. Desde la unión en el Reyno de Guatemala a la Independencia y la integración al primer Imperio Mexicano. La Independencia, el proceso de las Provincias Unidas de Centroamérica y la República Federal de Centroamérica. Aunque fragmentadas por la Guerra civil centroamericana, estos procesos unieron esfuerzos para combatir una invasión filibustera norteamericana en la Guerra Patria Centroamericana. Sufrimos todos las tribulaciones del siglo XX, pero se buscó la creación de democracias por medio de la Legión del Caribe, en la que se trató de combatir a dictadores como Somoza y Trujillo.
Es tras el período de la Guerra Fría y la formación del grupo Contadora y grupo de apoyo a Contadora y el Acuerdo de Paz de Esquipulas, que se creó el Parlacen para coordinar la paz en Centroamérica, y que funcionara básicamente como una Unión Europea. Y si bien se puede criticar su funcionamiento debido a su corrupción, sus objetivos son algo que no debemos ignorar y que si apoyamos podemos ayudar a nuestro país y a nuestros hermanos para juntos desarrollarnos. Es así como esta muchas veces olvidada institución podría ser de nuestra ayuda y por lo cual debemos de hablar más y prestarle atención.