Jóvenes por la Transparencia

post author

Sofía Alejandra Rodriguez Navarrete
sofialejandra0803@gmail.com
IG: sofialejandra_rdz
TW: @cest_sofi

Diversidad e inclusión son algunas de las características más mencionadas sobre el gabinete del presidente electo de Chile, Gabriel Boric. Este designó a sus nuevos ministros para el inicio de su mandato, entre ellos,  miembros de los espacios de izquierda e independientes que irónicamente no lo apoyaron en la primera vuelta de los comicios. Eso sí, personas preparadas, con conocimiento y experiencia para el puesto donde fueron asignados. Sin duda su aspecto más relevante es que será el primer gabinete de la historia chilena con mayoría femenina. ¿Acaso es la nueva Finlandia de América Latina?

Es sabido que Boric aparte de ser un  líder de izquierda, fue presidente de su Federación de Estudiantes durante el período 2011-2012 y uno de los principales dirigentes de las movilizaciones estudiantiles de 2011. Siendo el presidente más joven en la historia de Chile, con tan solo 35 años, afronta un enorme desafío: transformar una nación que exige un cambio de rumbo desde el estallido colectivo sucedido en 2019. Así mismo, representa un desmoronamiento de los partidos tradicionales que han gobernado el país después de la dictadura de  Augusto Pinochet.

La reciente situación chilena es un reflejo de que el compromiso de la juventud más que ser una idea, es la vía para alcanzar objetivos concretos tanto en beneficio propio como para la sociedad en la que habitan. Y aquí es donde Guatemala necesita aprender sobre cuál es el verdadero cambio. La primera lección es el papel de la mujer como uno de los pilares más importantes para el desarrollo. Nuestro país se encuentra bajo un sistema machista donde la participación femenina es escasa dentro de los espacios de poder y quienes logran sobresalir sobre su arduo trabajo anticorrupción son inmediatamente oprimidas, expulsadas del país acusadas de “abuso de poder”.

Claro, el futuro es la juventud, pero si el futuro es hoy ¿por qué no nos sentimos en él? Somos catalogados como “adultos en espera” cuando representamos un elemento esencial para lograr el cambio social. Y es precisamente la segunda lección que Chile le da a Guatemala: romper con ese bloque generacional y dar oportunidad a las nuevas generaciones a alzar la voz más allá de las revueltas sociales como las manifestaciones y demostrar que para hacer política no es necesario ser “político”. Es hora de experimentar nuestro propio cambio y camino.

La diversidad del nuevo gabinete lo integran personas que provienen de distintas regiones de Chile y que pertenecen a distintas esferas sociales del país. Eso lo complementa la pluralidad de edades, pero lo más importante es que fueron designadas en el cargo para el que se prepararon. Como tercera y última lección es nombrar a representantes y funcionarios públicos con experiencia equivalente al puesto donde fueron situados, por más irónico que se lea, la realidad guatemalteca muestra absolutamente lo opuesto. Designando personas cuyos roles no son ni lo más remotamente cercanos a donde ejercerán sus oficios y están ahí por medio de prácticas nepotistas.

Esta serie de lecciones nos pone alerta sobre la urgencia de la participación de futuras generaciones en distintos ámbitos y del rompimiento de modelos tradicionales que varias veces son el origen de los problemas sociales, económicos y políticos. Pero cuando observamos a otras naciones cómo resuelven los eventos contemporáneos nos damos cuenta que los problemas modernos necesitan soluciones modernas.

Artículo anteriorLa dictadura de las palabras
Artículo siguienteEl Asclepión