Emerson Salguero
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El 16 de mayo de 2022 podemos tener un nuevo fiscal general y jefe del Ministerio Público (MP) o seguirá la alianza criminal dirigida por Consuelo Porras. Este puesto es clave para el combate contra la corrupción, la impunidad y la criminalidad en Guatemala. Estamos en año preelectoral y debemos estar más atentos que nunca porque la señora Porras se podría reelegir y la tiene fácil, debido a que todo está cooptado por el crimen organizado y la impunidad. Pocos ciudadanos le ponen atención a este proceso y la mayoría de los y las jóvenes lo ignoran por completo. ¿Pero quiénes eligen al fiscal? ¿Cómo es el proceso? ¿Cuáles son los requisitos? ¿Por qué es importante?
El presidente de la República es quien elige al fiscal y su mandato es de 4 años, pero antes de esa decisión se realiza un largo proceso que aquí te lo explicaré paso por paso. Para ser aspirante a fiscal general y jefe del MP, y encargarse de la persecución penal, los requisitos son: tener 40 años o más, ser abogado y notario, y tener las mismas calidades que los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) (guatemaltecos de origen, de reconocida honorabilidad, estar en el goce de sus derechos ciudadanos y ser abogados colegiados). El primer paso es la convocatoria para la Comisión de Postulación. El 13 de enero de 2022, con 119 votos a favor y 4 en contra, los diputados del Congreso aprobaron la convocatoria para integrar la Comisión de Postulación para este cargo. Esto permite que la Postuladora establezca un cronograma para recibir y calificar los expedientes de los aspirantes. La Comisión la integra el presidente del Organismo Judicial y de la CSJ que la preside; el presidente del Colegio de Abogados y Notarios; el presidente del Tribunal de Honor del Colegio de Abogados y Notarios; y los decanos de las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales de las universidades del país.
Esta comisión de febrero a abril analiza los perfiles en varias sesiones con una tabla de gradación que ellos establecen para evaluar a los candidatos. Los comisionados deciden cuáles aspectos tienen mayor importancia y cómo ponderar los 100 puntos de la tabla. Por un lado, tenemos la categoría de experiencia profesional, donde evalúan el ejercicio profesional del derecho y área administrativa, su trayectoria en el servicio público o política, pruebas psicométricas y entrevistas. Mientras la categoría de méritos académicos toma en cuenta los títulos académicos, la docencia, publicaciones, eventos e investigaciones. Por último, el apartado proyección humana analiza el altruismo, el voluntariado o el activismo social.
Estos aspectos podrían variar o cambiar dependiendo de cómo funcione la Comisión. Sin embargo, es necesario aclarar que la nota no es vinculante, porque a pesar de que algunos candidatos tengan puntuaciones muy buenas o altas, los comisionados pueden descartarlos, debido a que no los consideren idóneos o no responden al grupo de interés que representan. Por lo que puede ser muy ambigua, subjetiva o política la selección. Finalmente, de abril a mayo se seleccionan a los 6 candidatos mejor calificados por la Comisión y se le envía la nómina al presidente de la República para que los entreviste y tome la decisión. Durante este proceso, se pueden aplicar vetos a aspirantes y denunciar ilegalidades y arbitrariedades.
Como ciudadanos podemos participar a través de la etapa de las “tachas”, en donde presentamos evidencias de anomalías o tachas contra algunos candidatos ante la Comisión y ellos evalúan si es justificante para sacarlos del proceso. Así que estemos atentos a los candidatos que estén acusados de corrupción o impunidad. Esta elección es trascendental para el cumplimiento de la ley en el país. Actualmente, hay mucha incertidumbre sobre la elección de este cargo público. ¿Se mantendrá el statu quo con Porras? ¿Buscarán una nueva cara aliada a la corrupción e impunidad? ¿Se elegirá a alguien independiente e idóneo? Todo depende de las personas que integren la Comisión de Postulación, cómo establezcan los criterios de evaluación, la transparencia con la que funcione y los profesionales capaces, honrados y honorables que participen en el proceso para guiar correctamente al MP. Esperemos que llegue al cargo una persona independiente, con vasta experiencia, que no le deba nada a ningún politiquero y, que haga temblar a la vieja política y al crimen organizado.
