Jóvenes por la Transparencia

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Héctor Raúl del Valle Muñoz

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fcccmarcodeaccion@gmail.com

Desde muy jóvenes y casi por costumbre, llegamos a adoptar la famosa frase “el orden de los factores no afecta el producto”, con la que se interpreta lo postulado por el filósofo y matemático griego Pitágoras, al estudiar su teorema en geometría y álgebra. Si bien para los fines de una ciencia exacta tan basta como las matemáticas se puede aplicar con fundamento y efectivamente obtener un resultado esperado, para todo lo que implica la diversidad social y humana es un tanto diferente.

Todo proceso político, administrativo, legislativo o social lleva un orden, que si bien se establece bajo una normativa adoptada inspirada en el “Contrato Social”, cuya lógica sería seguirla al pie de la letra y sujeta a las etapas que establece, la realidad es que los resultados pueden llegar a ser limitados o incluso nocivos si otras variables influencian esa pequeña, pero importante cadena.

Otra forma de interpretar esto se ve a través de la diversidad presentada por el tejido social que por momentos se estira, pero al final es quien refleja una verdadera soberanía. Ahora bien, esta dinámica de distensión que se presenta en el tejido social guatemalteco es producto de llevar a cabo acciones que por no dar los resultados esperados generan inconformidad, decepción y finalmente apatía. Cuando realmente se han visto cambios significativos en la realidad política de Guatemala es cuando se ha llevado a cabo un proceso fuera de lo convencional, donde la soberanía ejercida por el pueblo se manifiesta de forma horizontal, donde los sectores convergen por un mismo fin, dejando en un plano secundario conveniencias e intereses, y es justo esto lo que genera una mayor incidencia, positiva, profunda y permanente.

En matemáticas quizás la misma serie de fórmulas nos lleve a los mismos resultados, pero en un contexto político-social, repetir las mismas formas nos está llevando a encontrarnos con que el statu quo ya está preparado para contener cualquier tipo de esfuerzo para generar un cambio.

Se tiene que creer en las instituciones, en las normas y en los procesos, pero más importante aún, hay que creer en la buena voluntad de los sectores de nuestra sociedad para colaborar y generar un cambio. Adicional a ello, hay que tomar consciencia, romper la venda del privilegio y comodidad que nos ciega y realmente unirnos para en una sola fuerza romper con las dinámicas opresivas y de sumisión que los malos servidores públicos constantemente aplican para su propio beneficio.

Hay que capitalizar los esfuerzos que ya han empezado, porque la innovación parte de la correcta administración de los recursos, siendo la información uno de los más importantes. El conocimiento y la información guardados son obsoletos, es por ello que se recalca la responsabilidad adquirida por todos aquellos que hoy tienen acceso a la educación, a todos los niveles y los profesionales de compartirla más allá de los límites de la Ciudad Capital, más allá del entorno y círculos a los que pertenecen, aplicando un principio radical como la “Cooperación Descentralizada”, concepto desarrollado a partir de la Teoría de la Gobernanza Global, trabajado por la especialista Odile Hourcade
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Es pues que con estas palabras se reitera la invitación, tanto en lo personal como para todas y todos aquellos selectos lectores, a que analicemos si realmente vale la pena repetir las mismas acciones, o si al contrario, puede ser más producente organizarnos de tal manera que como sociedad, unificados en ímpetu y conocimiento revolucionemos el esquema que permita realmente reducir las desigualdades, erradicar la discriminación y caminar hacia una Guatemala plena y sana.

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